Claudica, fiera,
araña acaso pero no muerdas.
Si me tragas prometo no absorber tu espumarajo abyecto,
no cubrirte en las exaltaciones o pendencias
ni maldecirte en la veisalgia;
has de saber, astuta y expectante fiera,
que nos bebemos el uno al otro,
pues yo no he de pertenecerte sino cuando es mi afán.
Alcoholista, que no alcohólico.
Métetelo bien en la botella:
contigo nunca habrá amor,
tan solo sexo titubeante y acuático.
Calma el ímpetu de tus zarpas y tus fauces contén,
fiera encharcada,
echemos otro trago de miseria y dejación,
acércame de nuevo el cáliz del divino Sawa
y de mis cuitas dispón,
que esta noche he de volver a mofarme de tu candor,
haré que se eleve tu autoestima como si fueras alcohol de un día,
me dejaré cazar por tu abrazo lúbrico y cuando te descuides
te arrojaré al vacío de las esquinas o de los sumideros;
contigo no tengo palabra ni consideración,
no eres tú quien habla por mí,
nunca lo has hecho, desmemoriado, necio alcohol silente.
¡Alcoholista, que no alcohólico!
Ahora que ya lo sabes, no lo olvides,
entre nosotros no cabrán más secretos;
aprendamos a soportarnos,
no tengas prisa,
ya te diré cuándo has de dejar de apretar para al fin ahogar.
Así que, de momento,
absurda fiera borracha y zalamera,
o sorteamos juntos las intrigas del camino
o te mudas a otro gaznate con el que alternar.
Tú eliges,
decanta tu decisión.
La mía ya está tomada.
*
De Cómo no superar el presente.
https://www.editoriallotoazul.com/libro/como-no-superar-el-presente_165840/

No hay comentarios:
Publicar un comentario