tag:blogger.com,1999:blog-30736087953658171142024-03-12T17:03:23.621-07:00El arrepentido LosadaEmilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.comBlogger20125tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-29021636924730995562023-10-18T09:18:00.014-07:002023-11-20T15:45:38.604-08:00SUSTOS (barrabasada sobre "La química del color", de Pepe Pereza)<p> </p><div class="page" title="Page 1"><div class="layoutArea"><div class="column"><p style="text-align: right;"><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Hacerse uno con el dolor es volverse indestructible.</span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">Alan Pauls</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">Hay obviedades en las que no está de más insistir, máxime cuando brota tanto diletante a veces hasta bienintencionado de algo contra todo pronóstico aún bien considerado como la lectura o la escritura: descartado definitivamente un mínimo rigor en publicaciones especializadas, en los separatas culturales o en los audiovisuales dedicados al mundo del libro que te remiten como si no hubiera un presente una y otra vez a los dos o tres sempiternos autores </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">mainstream</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">, los colegas de encomienda empecinados en hacernos con alguna novedad que merezca la pena a menudo asumimos entre nosotros la función de libreros. Así, se te suelta el nombre del fulano o fulana a descubrir y tú correspondes con otros nombres que presupones que el amigo no conoce, y como confías en su criterio y él en el tuyo cada cual se busca la vida por su cuenta o mejor sigue indicaciones precisas y a duras penas al final logras agenciarte algo de ese alguien del que se te ha hablado más que bien. Los tiempos han cambiado, pero el enemigo es prácticamente el mismo: antes era el régimen el que perseguía los títulos considerados impertinentes; ahora, en esta época de calzoncillerismo cavernícola y progresismo cacahué, la lectura decente es excluida de la luz pública por un sistema tan insaciable en lo que a la viruta se refiere como escandalizable hasta el patetismo para con la relajación de usos y costumbres. En el pasado la literatura incómoda estaba al alcance de muy pocos, oculta en trastiendas de librerías enrolladas, en bibliotecas privadas o allende fronteras más permisivas; en esta obtusa postmodernidad poco margen para artistas reales hay frente a la continua promoción atada y bien atada por el contubernio medios-editoriales arribistas.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghzh5bMe9WVz14jB3lhYp17oH0MEA7TQ-0pwmqqDnViFW7sEdVHd9FoVsdRWn7MzN1-BvkpYwFCYqvoHC4MYKhOe3vMGc2EjqtbsU4OtXczF2g2o8r_qtWgfzQdo61RNNaradY3e1FqCK_wknYoxNLYHmBJq6-yjGdTxLD6VXWWBN0kDL6rvCi7XM7Dc0/s6000/_MG_7047.JPG" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="6000" data-original-width="3368" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghzh5bMe9WVz14jB3lhYp17oH0MEA7TQ-0pwmqqDnViFW7sEdVHd9FoVsdRWn7MzN1-BvkpYwFCYqvoHC4MYKhOe3vMGc2EjqtbsU4OtXczF2g2o8r_qtWgfzQdo61RNNaradY3e1FqCK_wknYoxNLYHmBJq6-yjGdTxLD6VXWWBN0kDL6rvCi7XM7Dc0/w225-h400/_MG_7047.JPG" width="225" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">Dos hallazgos impresionantes me llegaron desde Madrid vía Pablo Cerezal, uno de esos artistas de los </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">de verdad </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">que día a día se afanan en sortear las celadas y los obstáculos dispuestos en el camino con la mala saña habitual por el sistema, en los albores de un contacto aún no presencial, hace ya algunos años. Se trataba de unos tales Claudio Ferrufino-Coqueugniot y Pepe Pereza. </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">El exilio voluntario </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">del primero apareció un buen día sorpresivamente en mi buzón y, claro, tal y como les ha ocurrido a tantos y tantos otros, aquellas páginas me hicieron poner en tela de juicio todo lo que había escrito hasta el momento, cualquier añadido sería redundar casi </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">lambisconamente en lo ya abarcado en reseñas, artículos, prólogos, radio e incluso en la letra de una ranchera o más bien de una suerte de corrido punk. A Pepe Pablo no es que me lo recomendara de forma explícita, simplemente lo citó muy de pasada al final de un texto que tuvo a bien escribir en una arrebatada noche de vino y hachís sobre una novela que yo acabada de publicar quizá para agradecer la bellota prensada que tirando de un amiguete fumeta le envié oculta en un cedé que incluía canciones de mi conjunto del momento. No recuerdo cómo contacté con Pepe, el caso es que una mañana la señora cartera habitual llamó a mi puerta para entregarme un paquete que contenía el libro de relatos </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Esquinas </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">y la fascinante novela </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Se ruega silencio</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">. Apilé los volúmenes entre las muchas lecturas pendientes y he de reconocer que me olvidé de ellos. Al año y pico, tras topármelos en un ordenamiento que ya iba tocando, decidí que les había llegado la hora. El dinámico libro de relatos fue lo primero que ataqué; luego la novela, que me dejó, insisto, totalmente fascinado. Un auténtico descubrimiento: estructura impecable, prosa atinadísima, fondo de idiosincrasia tan conmovedora como descacharrante; una historia llena de momentos para el alborozo, la esperanza y la resignación. Una novela total de un escritor total. Encargo el libro de relatos que Pepe recién acababa de publicar y retomo el contacto. A los meses me confía el manuscrito de lo que será su nuevo libro, </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">La química del color</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">. Lo devoro en una tarde, excepto el último de los relatos que contiene: tengo una cita inexcusable y se me hace tarde. Ya sé que estoy ante lo mejor de este autor. Al día siguiente, la lectura de aquel último relato – una de las indiscutibles obras maestras del libro, la más memorable de todas– me hiela la sangre.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 2"><div class="layoutArea"><div class="column"><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">Mi par de sustos en comparación con el que se relata en aquellas fascinantes líneas de «Azul» fueron meras pendejadas, lo que no es óbice para que conozca bien eso de que el miedo te acapare cuerpo y pensamiento. Yo también he sido reo de la dolencia, también he vivido esa aséptica soledad de sala de espera de hospital, aguardando una sentencia que puede mandarlo todo al traste o el indulto redentor; me he susurrado ánimos al oído, he intentado reflejar una templada sonrisa dedicada a mí mismo ante los cristales que me separaban de la ristra de ambulancias estacionadas bajo una intempestiva lluvia de madrugada; me he cagado de miedo en las previas a las pruebas, y no sé qué acababa doliendo más, si los pinchazos o la incertidumbre recorriendo las venas hasta detenerse en váyase usted a saber qué lugar oscuro del alma. También recurrí a la escritura como terapia. Nada mejor para olvidar el trauma que escribir sobre lo que te está pasando, en esto, como en tantas otras cosas, no inventamos nada. En mi caso, lo hice a chaparrón escampado, lo que no tiene tanto mérito. El mérito de Pepe es que lo hace en caliente. </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Más ligera es mi calamidad que esta otra</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">, que dijera el rey Schahzamán en </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Las mil y una noches. </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">Deslumbrado por la lectura </span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">-</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">e </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">inmediata relectura</span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">- </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">del libro, le insisto al autor en que debería buscar buen cobijo para semejante obrón, entendiendo por esto, lerdo de mí, que lo intente en concursos y que le entre a alguna editorial de postín. Que apunte alto, vaya. Incluso creo que le facilité algún contacto. Se mostró efusivo al respecto, y hasta puede que se pusiera a ello. Ni idea, porque entonces se advino lo de mi desconexión con el mundo. A día de hoy no sé si se trató de un experimento o de simple hartazgo. Los meses siguientes corto todo contacto con casi todo lo que no se pueda tocar y reduzco la digitalia a su mínima expresión. Decido posponer hasta cualquiera sabe cuándo mi regreso al planeta caos. Cierro las redes y abro muchos libros. Ignoro si progresan los proyectos de mis colegas. Entre ellos el de Pepe. El problema viene cuando el segundo gran susto de mi vida lo funde todo a negro. Literalmente. Incluso se me arrebata el refugio de la lectura. Casi me marco un Borges, y no me refiero a que de repente los dioses me premiaran con el don del talento, ya quisiera yo. Pero ésa es otra historia que no viene al caso, ya dejé entrever que con final feliz. Regreso a los bares y alguien bastante dado a la lectura me comenta que se ha enterado por cierta red social de que lo de aquel tipo del norte del que le hablé se había publicado. Vuelvo a contactarlo y al poco el libro me llega a casa. Me alegra saber que no me hizo caso, o que si me lo hizo los dueños del cotarro pasaron olímpicamente de él. Con su pan se lo coman. La edición que se ha currado Adriana de Aloha! es insuperable: gran formato, estupendas ilustraciones de Valle Camacho..., el desusado detalle de incorporar una cinta de registro, roja para más esplendor... Una edición de lujo para una colección de relatos de lujo. Hacer las cosas con amor es lo que tiene.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 3"><div class="layoutArea"><div class="column"><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">La nada impostada afabilidad de Pepe no se corresponde de ninguna manera con esa imagen de testosterónico malencarado de las fotos. Pepe </span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">-</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">ya hay algún audiovisual por ahí que corrobora esto</span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">- </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">es un tipo que tiene las cosas más que claras: primero, vivir; luego, escribir, y si resulta que de ello sale algo grande, pues mira tú que bien; si no, pues a seguir pedaleando y ya se verá. Es emotivo y nada quejoso, poco que ver con lo de todos esos colegas de ego afectado que exponen sin ningún pudor sus miserias en los vertederos digitales, algo que no puedo evitar que me cabree sobremanera, sobre todo cuando protagoniza la caranalgada alguien a quien hasta el momento respetaba. Pepe es exactamente como su prosa: bestia y tierno a la vez. Se suele encuadrar lo suyo </span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">-</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">él no lo niega</span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">- </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">con la tradición de esos tres máximos representantes del realismo sucio gringo. Ésos cuyos apellidos empiezan por las iniciales F, C y B, aburre hasta escribir sus nombres. Y, vale, va, está bien, puede que en sus libros se hallen trazas de todos ellos; pero creo que incidir siempre en el particular cuando se habla de lo de Pepe es simplificar bastante las cosas, aparte de caer en un rechinante topicazo. A mí, y discúlpeseme que barra para casa, se me ha venido a la mente en las </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">tres lecturas más que exhaustivas de </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">La química del color </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">a mi Lou Reed del alma, mire usted por dónde. Me explico: hay algo muy común en el fondo (incluso en la forma, me refiero a usar las palabras justas y a las estructuras hiperapuntaladas, algo muy norteamericano) entre el poeta eléctrico neoyorquino y nuestro autor. Ambos nos proponen historias protagonizadas por unos personajes que sometidos a un estrés intolerable se dirigen irremisiblemente hacia al abismo. Algunas veces </span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">-</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">las menos</span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">- </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">logran salvar algún mueble, es decir, acaban conformándose con sobrevivir prescindiendo de toda emoción (</span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Renunciaron al sueño y se adaptaron / a una pequeña dicha y su tristeza. / La vida no da más, seguramente</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">, que escribiera el grandísimo Fonollosa); en otras </span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">-</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">las más</span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">- </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">acaban en el caos absoluto (remito por ejemplo a «Oh! Sweet Nuthin'», o al </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">Berlin </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">de pe a pa</span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">, </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">o a «Halloween Parade, o a «Dirty Blvd.» y tantas y tantas coplas del carajaula de Brooklyn, que por cierto siempre se vio a sí mismo más escritor que músico). Ambos autores </span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">-</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">formato canción o relato es en realidad lo de menos, el arte extremo histérico no distingue géneros</span><span style="font-family: SymbolMT; font-size: 14pt;">- </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">asumen que no pueden hacer nada por evitar el desastre, que lo único que pueden hacer es mostrarse compasivos con las víctimas de un sistema y de unos prójimos despiadados. Al tío Lou le hubiera encantado este libro. Sirvan estas líneas como homenaje en las puertas del décimo aniversario de su despegue hacia el satélite del amor.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 4"><div class="layoutArea"><div class="column"><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">He leído alguna reseña por ahí que desmenuza las piezas de este glorioso engranaje. No seré yo quien diseccione una a una esta colección de pequeñas obras maestras (ni, como se ve, que escriba una reseña al uso, más que nada porque no sé). ¿Con cuál o con quién quedarte? ¿Con el de la culebra mamona? ¿Con el del demente rural erotizado? ¿Con el del pimpollo y la madura del motel? ¿Con el del eremita despechado? ¿Quizá con la pobre Irene y su terrorífica derrota preprogramada? Sin que sirva de precedente, una concesión a los mendrugos que gustan de poner números en las reseñas, aunque en otro sentido, claro está. Sólo se me ocurre el ocho. Casualmente el número de relatos que contiene esta puñetera joya de libro, todos de diez. A los aludidos al principio de este texto, una pequeña exhortación para finalizar: déjense de melindres, contribuyan con la causa y háganse con un ejemplar de </span><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">La química del color</span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">. Sus entendederas seguro que se lo agradecerán. Hasta pronto (si tal).</span></p><div style="text-align: right;"><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;"><span style="font-size: 14pt;">Emilio Losada</span></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: TimesNewRomanPS; font-size: 14pt; font-style: italic;">La química del color </span><span style="font-family: TimesNewRomanPSMT; font-size: 14pt;">ha sido publicado por Aloha! Editorial.</span></p><p style="text-align: justify;">https://www.alohaeditorial.com</p></div></div></div>Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-18259630387924283222021-09-26T06:23:00.001-07:002021-09-26T06:23:59.089-07:00LA TRILOGÍA DE LA ADHESIÓN<p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 0cm; top: 0.5pt;"><i>La piedra que se encima persistente<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 0.1pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: -0.1pt; top: 0.5pt;"><i>sobre sus compañeros de sendero,<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 0.1pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: -0.1pt; top: 0.5pt;"><i>logrará que tropiece alguien en ella.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt 0.15pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: -0.15pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">José María Fonollosa<br /><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt 0.1pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 0cm; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 0.05pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Ciudad, mujer y compinche. Pobrecilla la ciudad moderna, transformada en prostituta de alto <i>standing</i> por obra –en varias de sus acepciones– y (des)gracia del consabido triunvirato proxeneta: políticos, constructores y banca (<i>last but not least</i>, no se nos vayan a olvidar los diferentes cuerpos policiales y los medios, los perros guardianes y los propagandistas del entramado, respectivamente; tanta o más grima da el manijero que el amo). Incidir en el cúmulo de impunes despropósitos ya cansa, malditas sean sus putrefactas calaveras; aunque, cuidado, también las nuestras, si no podridas del todo sí al menos infectadas por el virus de la sumisión, uno de los más nocivos precisamente porque se lo inocula uno mismo. Poco a poco esta exitosa panda de indeseables fue abriéndose paso a codazos y nosotros, lejos de oponer resistencia, nos batimos cobardemente en retirada: unos al menos logramos instalarnos a tiempo en un cercano extramuros, a otros no les quedó otra que aglomerarse en cualquiera de los confines más desabridos y medrosos de esa ciudad reconvertida en mero parque temático para el turisteo fresa. Los próceres, bien escoltados, avanzan al alimón y nosotros nos quedamos ahí atolondrados, sin verlas o sin querer verlas venir, enredados en debates inanes mientras vemos cómo nos arrebatan el pastel a cucharadas. La misma cantinela de siempre, a veces nos merecemos lo peor. Ya lo dejó escrito con gran tino el mejor Alberti en plena estafa del 29: <i>Llevaba una ciudad dentro. / Y la perdió sin combate. / Y le perdieron. </i>Nada que añadir, los ángeles rasos capitulan en todas las épocas. Nos queda un único consuelo: la búsqueda desesperada del respiradero, del reducto con solera inauditamente condonado por esta pérfida canalla; pequeñas ramas en el abismo cada vez más bajas y quebradizas a las que algunos empecinados nos agarramos más que nada porque nos va la vida en ello. «¿Qué será de Lisboa?», se preguntaba no hace tanto en un memorable artículo el incansable husmeador de resquicios Enrique Vila-Matas. El autor se temía lo peor y tristemente ahora podemos decir que acertó de pleno. Jugaba con ventaja porque vive en Barcelona y se ha pateado medio mundo. Conoce de primera suela el proceso, claro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">La ciudad como personaje-escenario en la plétora y el descalabro y la mujer como ideal: libre, bella, moderna, lúcida, autosuficiente, posromántica, escurridiza. Ventajas de Occidente: ella elige, usa y desecha; está en su derecho, tiene ese poder, ha costado, ya le tocaba. Sabes que la muchacha va a doler, pero si ves que hay una mínima oportunidad te tiras a la piscina y ya si eso luego que se te afane el baile. Y, tres de tres, el amigo-hermano, el igual, el lazo inquebrantable, al menos sobre el papel; sus gozos y sus pesares que haces o deberías hacer tuyos y viceversa, el a menudo inevitable distanciamiento, las especialmente lacerantes consecuencias del desengaño. Las ciudades deshonradas que aparecen en estas tres novelas: Sevilla, Barcelona, Madrid, Nueva York, Tánger y alguna que otra más en segundo plano. Las mujeres: Lucía, Sophie y Ariadna. Los socios de trasiego: Sandro y Jon, Robert y Landelino, Asier y Martín de Bilbao.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Ciudad, chica y dupla compadre entonces; la lucha desesperada por preservar lo que merece la pena ser preservado, intentarlo hasta donde se pueda y algo más allá; el sitio, las personas y el momento; las lecturas, la vivencia y el viaje entretejiéndolo todo –otra indispensable triada sin la cual nunca acaba de arrancar una obra de arte que valga la pena– y la intención de seguir paladeando todo néctar lícito o proscrito que se te ponga a tiro aunque te guardes en la manga la opción del epicúreo recule si ves que la cosa se te está yendo de las manos. Y es que sucede que uno le tiene un gran apego a la vida, con sus miles de contras y su algún que otro memorable pro: a tomar por saco la monserga del bonito cadáver, ninguno lo es, que la penca parca espere sentada y que se ande con ojo, que igual queda alguna bala en buenas condiciones con la que batallarle la funesta jugada, nada de pólvora mojada, como una vez escribió con la envidiable maestría que lo caracteriza el gran Claudio Ferrufino-Coqueugniot, que de viejo punk con la munición echada a perder nada de nada, ya dejé yo también por escrito constancia de que una noche soñé en riguroso cinemascope que me acorralaba en la parte de arriba de un <i>saloon</i> –una suerte de lupanar pero sin putas– y que revólver en mano se dedicaba a dispararme con flemática saña. Aunque el muy puñetero en ningún momento apuntó a dar, tan solo pretendía meterme en vereda. Ya consciente concluí que aquello no fue más que un sutil empero asaz persuasivo intento de arrancarme del tuétano esa maldita pereza que a veces me embarga con el fin de que culminase de una santa vez mis cagadas atoradas. <i>Me considero / Un drogadicto de la página en blanco</i>, había leído esa misma noche a otro gigante de las letras oriundo de las Américas, el maestro Nicanor, aún vivo por aquel entonces. Cerré el libro, apagué la luz y al poco el mamonazo de Morfeo empezó a proyectar el onírico wéstern. Ya en la mañana decidí aparcar los textos en transcurso y me puse a desarrollar el manuscrito de unas cien páginas que pergeñé durante dos semanas en el verano de 2014, justo a la vuelta del primer merodeo por los resquicios supervivientes de aquel decadente Tánger sin ínfulas ni <i>smartphones </i>cuya progresiva alienación he podido ir testificando en cada posterior viaje. Se trata mismamente de esta novela que ahora mucho más desarrollada tienen entre las manos. No es la primera vez que una <i>nouvelle</i>engorda. Recuerden si no lo del que gloriosamente transgredió para siempre los cánones del invento hace cuatro siglos de nada. Todo parecido con la realidad es pura coincidencia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">La adhesión pues como la respuesta que no flota precisamente en el viento o que si lo hace irremediablemente acaba cayendo en las mancilladas aceras de alguna de estas ciudades-manicomio referidas. Solo es necesario detenerse unos segundos para recoger ese mensaje que viene a instarnos a poner algo de nuestra parte para atenuar en la medida de lo posible la intensidad del desaguisado. Las tres novelas que guardan conexión a este efecto: <i>La quintaesencia suave </i>(2009), <i>Aviones de fuego </i>(2015 en México, 2017 en España) y <i>Las horas de más, </i>la inédita hasta este momento. Ya hay trilogía. Y empezamos por la última no solo porque uno esté versado en esto de hacer las cosas al revés, más bien por corresponder a la Editorial 3600 en general y a Willy Camacho en particular por la inmediata y entusiasta disposición a esta propuesta: qué menos que ofrecerles en primer lugar la primicia, por amables, animosos, defensores de las letras de riesgo… ¡y por la osadía, claro que sí, sobre todo por la osadía, uno de los sustantivos más hermosos, o al menos uno de los más necesarios en estos tiempos de mansos!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">De las novelas mejor decir poco aparte de invitar a su lectura. Que cada cual desoville sus entresijos. Alguna reseña pueden encontrar por ahí más atinada de lo que aquí yo podría comentar acerca de las dos ya publicadas (varias precisamente tienen autoría boliviana). Uno detesta las sinopsis, algo nada fuera de lo normal, eso que se lo guisen, coman y caguen las editoriales y librerías <i>holding</i>, poco encuentro más contrario a la literatura que anteponer el fondo a la forma. Por alguna razón que se me escapa me tiran los porcentajes. Si se deciden por estas lecturas lo verificarán. Con respecto a esta controversia estilo versus temática, dirimo la cosa en un 80% para lo primero contra un 20% para lo segundo, justo como el porcentaje de magro y grasa que dicen los entendidos que debe tener una buena picada para hamburguesa. Ah, y todo al punto, esto es, sin demasiadas piruetas ni enrevesados alardes, pretendiendo uno la a menudo imposible concisión, lo de menos es más, ya saben, aunque mira que a mí eso me cuesta. Mis peores momentos en los ya algunos años de experiencia en esto de publicar obras propias o pequeños textos incluidos en obras ajenas o para la prensa han sido cuando me he visto obligado a destripar parte de la trama de turno por exigencia editorial. Siempre me resultó traumático, y no porque me falte experiencia en la lid: en mi tiempo hube de escribir decenas y decenas de sinopsis de películas para la televisión pública española, una larga y desgraciada historia que ahora no viene a cuento. En cualquier caso, antes de que me arrepienta me voy a dejar caer con una abstracción por cada una de estas tres novelas y voy ahuecando el ala de aquí, ea:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><i><span style="font-size: 14pt;">La quintaesencia suave</span></i><span style="font-size: 14pt;">: el remordimiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><i><span style="font-size: 14pt;">Aviones de fuego</span></i><span style="font-size: 14pt;">: la pérdida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><i><span style="font-size: 14pt;">Las horas de más</span></i><span style="font-size: 14pt;">: la negación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Y ya he dicho mucho.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Las reediciones de las dos primeras novelas irán precedidas de unas líneas que versarán sobre el momento vital que las engendró, que es algo más definitorio que cualquier desvarío que yo pueda apuntar sobre tramas, así que ahora toca decir algo más –poco– sobre esta primera/última. Como en las otras dos y en el resto de mi obra, yo siempre parto a la hora de escribir de una ciudad. Ella por sí misma me da el detonante, solo después aparecen los personajes y más tarde aun el argumento, si es que lo hay, que tampoco estoy muy seguro. Ya he dicho que esta novela empezó a redactarse tras eso que a veces tan ridículamente se define como «viaje iniciático»: mi primera visita a Marruecos, una sorpresa de aquella novia mía tan garbosa. La novelita la metí en un cajón quizá por complejo de arribismo. ¿Otra maldita novela sobre Tánger?, debí pensar. No es que me suela preocupar el qué dirán –si no, ¿a qué me iba a dedicar yo a esto, y encima desde España?–, ocurre que soy humano y a veces me enfrasco en devaneos que no conducen a nada. El caso es que al terminar de redactar ese primer borrador me puse a otras cosas, entre ellas a darle la puntilla a <i>Aviones de fuego</i>, y la jugada salió bien: meses después gracias a esa novela crucé el charco por segunda vez, y con grandes albricias, ya me referiré a la aventura llegado el momento. Un buen día recuperé aquella novelita y la cosa se me fue de madre. El pasado y el presente de Asier lo llevó a Madrid, Euskadi, el sur de Portugal, Chauen, Tetuán… De no haberle cortado las alas a tiempo, seguro que el muy perillán de él acaba huroneando por Finlandia. ¿Qué más dan los sitios y los motivos, no obstante? Ya digo: primero aparece una ciudad, luego surgen los personajes y estos tiran por donde les sale, yo solo callo la boca e intento contarlo de una forma original que no tiene por qué tener sentido ni pauta, lo que tiene que haber sí o sí es ese mínimo aporte en el estilo. Como lector no me encandila el escritor que sabe escribir y ya, me encandila el que escribe <i>distinto</i>. Con esto no quiero decir que yo lo haya logrado. ¡Ya quisiera! Me moriré en el intento, pero, eso sí, me moriré intentándolo. Esa precisamente es la mayor motivación para seguir insistiendo en esta ingrata encomienda: la búsqueda constante de una voz peculiar. Ahí es nada. Otra: el <i>feed-back</i>. Porque, efectivamente, uno escribe primero para sí mismo, por puro placer; pero está claro que si pretende publicar lo hace también para los demás. Y a día de hoy puedo asegurar que lo mejor de todo son las personas y los sitios que uno va conociendo entre libros. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">¿Y para qué decir más? Bueno, solo dos cosas. No tengo ni idea de adónde me llevará todo esto, pero son ya unos cuantos títulos y hay ciertos aspectos que tengo muy claros:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">1/ Nos han vencido pero aún estamos enteros. Luchamos contra gigantes, hay muchísimas opciones para el ocio, demasiadas. Uno sigue escribiendo porque lo necesita tanto como el comer o el beber, lisa y llanamente. Lo de los escritores lloricas que se guarnecen en el autocomplaciente paraguas del victimismo me producen tanto rechazo como los exitosos autores <i>mainstream</i> a los que aquellos suelen culpar de su fracaso. No puedo ni con unos ni con otros. Y con los falsos aduladores que solo buscan la correspondencia ciega en la lisonja, menos. El rollo del Sr. Lobo, solo tras culminar un buen trabajo. Lo demás son cantos de sirenas encontradizas y porfías estratégicas de escribemonas trepa. <i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">2/ No pienso volver a escribir cargado de odio. Ya no. Solo una vez lo hice. En <i>Los ángeles rasos</i>, mi segunda novela. Es la única de mis obras de la que reniego. Absolutamente fallida, exceptuando el título. Por eso lo he colocado un poco con calzador al inicio de este texto. El odio brota de vez en cuando en mis letras porque la vida está llena de aspectos detestables, pero no centra el conjunto. No soporto las malditas banderas, los himnos, la gentrificación o el abuso de poder, motivos no faltan para el cabreo. La situación en mi país, por ejemplo. Me tiene desquiciado que los tres repulsivos partidos de derechas se estén llevando al huerto a las masas obreras, me revienta sobremanera tener que reprimir al nieto de Durruti que llevo dentro para adherirme con la nariz tapada y la arcada contenida al mal menor que representa una timorata izquierda de pitiminí más interesada en la corrección discursiva que en cambiar de una puta vez las cosas. No son estos tiempos de burladeros y equidistancias. De vez en cuando agito el avispero. Y mucho me temo que el cuerpo me va a pedir –lo está haciendo ya– que lo haga con más saña. Seguramente así será, pero intentaré tener en mente un precepto que puede parecer cursi pero, qué coño, es una verdad como un templo, inapelable de todas todas: solo el amor salva.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">A ver, si es que no nos queda otra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Se inicia esta prescindible intro con un epígrafe del nada prescindible Fonollosa. Los epígrafes se colocan por algo, y de este que he elegido –del divino Fonollosa podría usar decenas de versos– se destila un deseo que comparto con el poeta barcelonés. Cordialmente me despido de ustedes invitándoles a que tropiecen en el mejor de los sentidos con todas o al menos con alguna de estas tres piedras –y con las que hayan de venir– que irá dejando la Editorial 3600 en el camino. Y si la cosa les agrada y se lo hacen saber a sus amistades, mejor que mejor, que ya pueden imaginar lo necesitados que estamos los autores relegados a los márgenes del boca a boca… <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">…porque ya saben: la adhesión es la respuesta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Sálvense y salven.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Arrumacos desde la remilgada Madrastra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: justify; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">E.L.<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: right; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;"> </span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: right; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: 14pt;">Sevilla, septiembre de 2021</span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 3pt; position: relative; text-align: right; text-indent: 36pt; top: 0.5pt;"><span style="font-size: medium;"><br /></span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisfo78MWIPYpWyhigyn3SLGiDdBb-9pNDQwo7w59x7I92vYWhmEO_6a_W8cpw1O3LpFwrOfEeu4xY0Hg6SjX1T-qetBNL6lPYGgEzT-RRtpTaDfX4ZT1sp94WuOAqZ1c7F1fLIgIhBWoY/s1280/LHDM+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisfo78MWIPYpWyhigyn3SLGiDdBb-9pNDQwo7w59x7I92vYWhmEO_6a_W8cpw1O3LpFwrOfEeu4xY0Hg6SjX1T-qetBNL6lPYGgEzT-RRtpTaDfX4ZT1sp94WuOAqZ1c7F1fLIgIhBWoY/w320-h240/LHDM+1.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Editorial 3600. Feria del Libro de La Paz, 21<br />Chica de la bicicleta: Marieta Álvarez Ossorio</td></tr></tbody></table></p>Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-50903787974503639132020-07-04T04:08:00.000-07:002020-07-04T04:47:25.695-07:00¿Eing? <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNBsOYCoBD2XehGEe75zHKsO-u6UcfqImYNFxMoe0_oM4XgfS-sD5FPUUv4S8FNvgAo7e8WbUG2KAXd03UXERYlS5sVH-h07OEMnwwN6w-m5JbgEvqTjyYgOzpjyqnVnbYPDmgCQgVYCs/s1600/IMG_20200704_125116_510.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNBsOYCoBD2XehGEe75zHKsO-u6UcfqImYNFxMoe0_oM4XgfS-sD5FPUUv4S8FNvgAo7e8WbUG2KAXd03UXERYlS5sVH-h07OEMnwwN6w-m5JbgEvqTjyYgOzpjyqnVnbYPDmgCQgVYCs/s320/IMG_20200704_125116_510.jpg" width="320" /></a></div>
"Cuando concluya usted que al fin ha escrito algo realmente bueno lea cuarto y mitad de una página de cualquier cosa de este so pedazo de truhanón y baje esos humos, ande". De <i>Los talleres pa los coches nomás, si acaso y tal. </i>Tío Camuñas Revisited, 2020.Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-88171579021574874172020-06-24T06:41:00.002-07:002020-10-17T15:29:55.020-07:00OJIPLÁTICA LECTURA DE "SE RUEGA SILENCIO"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-ru4wMNTD8Fpi-kKGlY3pFI8vGFJBCDRoWQvDuIUqJaUcRjWgDYvO6UanxWYMC4XweNQIsoOUsyCOD2a80Z0AzBXgUZ0uFC7NcOIKlsFNVwLAEMPdD4KEenvWhdi9DyW2CtRUJCPGoZY/s1600/Se+ruega+silencio.JPG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1067" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-ru4wMNTD8Fpi-kKGlY3pFI8vGFJBCDRoWQvDuIUqJaUcRjWgDYvO6UanxWYMC4XweNQIsoOUsyCOD2a80Z0AzBXgUZ0uFC7NcOIKlsFNVwLAEMPdD4KEenvWhdi9DyW2CtRUJCPGoZY/s320/Se+ruega+silencio.JPG" style="cursor: move;" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Silencio, va. Un alto, <i>ja n’hi ha prou</i>, <i>stop, arrêtez… </i>¡para! Muchas palabras en tus últimas cagadas. ¿Demasiadas? Puede. La capacidad de síntesis no es lo tuyo. De todas formas, bien hecho, muchacho. Primera mitad del año y ya tienes las dos encomiendas bastante apañadas. Ahora, a dejarlas respirar. La lucha vendrá luego, cuando el 75% aprox. de ambas te parezca una basura. Y no hablemos de lo de colocarlas. Pero todo menos el berrinche, eso sí que no. Del llorar que se encarguen otros. No sabes por qué no los mandas definitivamente al carajo. Quizá es que los ves necesarios. Tú a lo tuyo: construye/destruye/reconstruye, es la vieja premisa, no falla. O, bueno, si falla que falle, pero por ti que no quede. Tienes un mensaje. Se te pregunta si te aburres con esto del arresto domiciliario. ¡Acabáramos! Se pudran las muelas de los que se aburren. Una a una. Y que les salgan un buen par de flemones de propina. Uno por carrillo, a falta de las buenas gallardas a palma abierta que merecen, pa que espabilen nomás. Tú sigue sin darles cancha, cierra el pico y a tu merecido receso, campeón. En realidad los quieres. Igual necesitan tiempo. Tú mismo precisaste tiempo… en su tiempo (jajojí). También metiste la gamba a base de bien, pero aprendiste. Dicen que no se cambia, pero se cambia, claro que se cambia. Tú eres la prueba fehaciente de que se puede cambiar. Lo que jode es que sean amigos. Vueltas y vueltas a la misma autocomplaciente chingadera. Unos, que si los editores son unos hijos de puta (¡y van!); otros, desde América, arreglando España (y viceversa); casi todos desquiciados por sus manidas relaciones…, y la retahíla de rigor, copón con la retahíla de rigor: el mundo, la sociedad, los próceres, que no se me comprende, con lo artistazo que soy, se me tiene manía… La cantinela de siempre, ya apenas si te asomas a ese acaparador mentidero digital. No te pierdes nada. En todo caso te ahorras disgustos. En fin, Serafín…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Mientras apañabas lo tuyo has acumulado lecturas. Ni series, ni videoconferencias ni hostias: negro sobre blanco y en riguroso papel, como siempre. Muchas de estas lecturas estaban pendientes. Das con una de ellas. Te llama desde la estantería (suele suceder, y a veces a grito pelado, más en las ajenas que en las propias, podrías enumerar decenas de títulos, de autores, de sitios). Llevabas tiempo avergonzándote de no haberle hincado el ojo todavía a esa novela, máxime cuando el autor tuvo la deferencia de enviártela y dedicártela sin conocerte de nada, ya ves, como si fueras alguien en el mundillo y todo. Ya te vale, al menos ojeas todo lo que te envían. Habías leído su otro libro, el de relatos de putas, que también te envió, y te había gustado; pero algo te decía que eso no te iba a pasar con la novela. En esta ocasión te falló el instinto. Al cabo de nada sucede. Y estas cosas suceden muy poco. A las veinte páginas te empiezas a poner nervioso: ¿estás ante una obra maestra? A las pocas horas ya te lo puedes soltar en voz alta: indiscutible obra maestra de todas todas. Apagas la luz, paladeando ese silencio que el autor tanto reclama en la obra te abandonas a la inconsciencia y cuando te das cuenta ya estás desayunando. En el mundo con el que acabas de soñar los libros de Pepe Pereza se venden por cientos de miles, y no sólo en librerías, sino en quioscos de prensa, en las tiendas de revistas de aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses y en las áreas de servicio; visionaste ejemplares desperdigados en las salas de espera de los dentistas y en las peluquerías, junto a números atrasadísimos del <i>Pronto</i>,<i> Revista de Historia</i>, <i>National Geographic </i>y aledañas; en ese mundo tan agradable los taxistas situados en la primera línea de las paradas gruñen cuando solicitas su servicio porque tienen que dejar lo último del colega en el salpicadero para llevarte a tu puñetero destino; Nalgatriste, celoso del éxito de «ese macarra del tres al cuarto de Logroño», intenta desacreditarlo en Twitter de todas las formas posibles, hasta se cachondea de su alopecia; pero nuestro héroe no contraataca, tiene demasiada clase para rebajarse a entrar al trapo en las bajunadas del amigo; sí lo hacen sin embargo miles de sus seguidores, que al poco consiguen que aquel pobre hombre, abucharado, elimine el tuit. Éxito y calidad, alguna vez tenía que suceder. Pereza ha alcanzado un estatus. Es una cara conocida en <i>late nights</i>, pero se niega a asistir a programas de esos tan repulsivos donde te mezclan con tertulianos…, o en aquel otro en el que salen dos hormigas de peluche preguntando gilipolleces. Va a lo suyo y hace bien. A veces añora la vieja tranquilidad. Tanto bombonazo esperándolo en la puerta de casa y tanta gaita. La mayoría de las veces pica, pero otras las despacha en plan fino con un «nena, hoy sólo tengo ganas de liarme un canuto, ver un rato la tele y acostarme; pásate mañana, si acaso». Qué cabrón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Eo, eo, eo… S<i>top, arrêtez </i>de nuevo. Para el carro, para. Corta la caranalgada. Fue un sueño y ya…, o más bien una de esas chorradas que se te pasan por la cabeza por la mañana con la caraja. Lo que tienes claro es que te reafirmas en lo que concluiste hace unas horas: anoche te zampaste del tirón una obra maestra. Y esto sucede tan poco… Ahora, café americano en mano, pinchas «Bird on the Wire<i>»</i>. Ah, la música, la poesía…, prácticamente las únicas manifestaciones artísticas donde se puede alcanzar la perfección. Hay demasiados trazos en la pintura, demasiados planos en el cine, miles de palabras en la novela. La novela, sí, la puta novela. A veces hay perfección absoluta en la novela, ojo, aunque sólo en fragmentos. En las páginas 107 y 108 de <i>Se ruega silencio</i>, por ejemplo. Casi resumen el mundo, la vida. Y el conjunto, lo dicho: obra maestra indiscutible. Punto. Has dicho. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-12168294124553982882020-03-02T06:01:00.003-08:002020-03-06T04:11:28.603-08:00Sobre los divinos Verlaine y Sawa y cierto infraser<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirYohOGaQ5mZVSHL3BB77UfueaQkYXNYKPJT-R5p3xPG4JvD2PJNfo3igqpekplZ-4Cc0AI61kTWGox_VBHQ0dERJIgjCWoTDb8p0ckxfljUW1C6KqW96y0qKGzL6duW0JhzX8uXoyDts/s1600/65888_sawa_alejandrode.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirYohOGaQ5mZVSHL3BB77UfueaQkYXNYKPJT-R5p3xPG4JvD2PJNfo3igqpekplZ-4Cc0AI61kTWGox_VBHQ0dERJIgjCWoTDb8p0ckxfljUW1C6KqW96y0qKGzL6duW0JhzX8uXoyDts/s320/65888_sawa_alejandrode.jpg" width="274" /></a><span style="color: #1c1e21; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 14pt;">Escribe el divino Sawa: "Aquel día del mes de enero era llorón y triste, y desde la cama lo sentía yo transcurrir, ansiando su fenecer". Mr. Robert, el dueño del hotelucho parisino donde se hospeda el literato, entra en la habitación sin avisar. Tiene un recado de Mme. Krantz, "la postrera mujer íntima del poeta". El poeta en cuestión es nada más y nada menos que Verlaine, que está expirando. Mme. Krantz le ha pedido a Mr. Robert que le dé el aviso al amigo y discípulo. El divino Sawa acepta de inmediato la luctuosa invitación. Cuando se presenta ante el maestro, este acaba de morir. Escribe: "¡La infecta calle y el triste fin de aquel misérrimo soberano! Al besarlo en la frente, la noté tibia aún. Mme. Krantz me confirmó, en efecto, que aquella caparazón inerte, aquellos despojos, habían sido todavía un hombre muy pocos momentos antes..." Se acerca también por allí el dramaturgo y novelista Catulle Mendès, quien contó más tarde: "Yo estrecho la mano del muerto, una mano pequeñita, muy pálida, un poco encogida y tibia aún, como si en ella quedara todavía amistad".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #1c1e21; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 14pt;">De “Iluminaciones en la sombra”. Si esto no es una lección magistral de literatura histérica, que suba Satán y lo vea. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #1c1e21; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 14pt;">[Anécdota contemporánea o post data o moraleja o lo que sea: El divino Sawa, oriundo de Sevilla, absolutamente olvidado. El putrefacto Antonio Burgos, oriundo de Sevilla, flamante Hijo Predilecto de Andalucía].<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; line-height: 24px; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-10701040095606928132020-01-13T01:35:00.001-08:002020-03-10T17:56:56.595-07:00LA CURA DEL ZÁNGANO<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<div style="text-align: right;">
<i style="text-indent: 297.7pt;"><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif;">¡Bromearon los sudarios del misterio!</span></i></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt; text-indent: 297.7pt;">Jacobo Fijman</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilMF8AFqeBkX1jLLSw5kqZmkdVdVqlP3YB82cG8Di_m9_rwoUHrIwGBO2bGIxhQXldXe2-fZW2PIkMOtodxSjRP7rNE4u5TNNmB8AdCTMDK_g5KY_uTmnRRF7n6nLS4K_Tjc_juv5jkzg/s1600/mnAyh6EeTG6We0aVLkJXdQ_thumb_254.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1086" data-original-width="724" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilMF8AFqeBkX1jLLSw5kqZmkdVdVqlP3YB82cG8Di_m9_rwoUHrIwGBO2bGIxhQXldXe2-fZW2PIkMOtodxSjRP7rNE4u5TNNmB8AdCTMDK_g5KY_uTmnRRF7n6nLS4K_Tjc_juv5jkzg/s320/mnAyh6EeTG6We0aVLkJXdQ_thumb_254.jpg" width="213" /></a></div>
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_gjdgxs"></a><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Ni aquella migaja de gloria americana te mereces. Toneladas de trauma, desmadre y, sobre todo, mucha memorable nada por testimoniar; relegada tienes la encomienda, insípido figurón, irredento haragán, gandul de mierda. Ya disfrazado de paciente te has jactado de que haya donde elegir a la hora de revisitar batallas álgidas. De ello hiciste alarde a la escasísima complicidad sabedora de la circunstancia: si la próxima estación es la pira…, ¡bah, que se me afane la danza! Muy original lo tuyo, estás que te sales. Comprensible es la preocupación. Poco recorrido hay de este camisón a la mortaja. Abierto por detrás, el culo al aire. La diferencia está en lo ridículo. Buena táctica es darle a la caranalgada, di que sí, ole tu encogido ojal. El susto en buena medida ha pasado y el luctuoso futurible ya no acapara tus días y noches, aunque todo se puede torcer, con estas cosas nunca se sabe. Por una vez el plan es seguir las instrucciones y chitón. Introduces tu acostumbrada indumentaria en la bolsa facilitada al efecto y a título de impío ceremonial </span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">–</span><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">a alguna rama en el abismo hay que agarrarse</span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">– </span><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">le echas un ojo a la página marcada del póstumo de Valente (un gran absurdo, ese puñado de letras se te grabó a fuego tiempo ha en la sesera: «A las niñas les crecen largas piernas…»). Qué maldita maravilla, la santa madre que lo apeó a éste también. Ungido el espíritu con los concupiscentes óleos de la Verdad laica sales del cuartucho y corres directo al catre adjudicado. Cómicas son tus zancadas. Con ellas vuelves a provocar la sonrisa de Verónica y de la que no recuerdas el nombre. Treintañera cobriza la primera, rubia de más de cincuenta la otra; ambas, vaya si es de agradecer, la mar de agradables. Soltaste un par de gordas para quitarle hierro al asunto nada más entrar. Perillán de ti, siempre has sabido hacerte querer cuando te conviene. Hubo tiempo para urdir la chorrada: cinco horas largas de solitaria espera dan para mucho. Verónica supone </span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">–</span><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">en breve comprobarás que supone mal</span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">– </span><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">que lo tuyo puede demorarse porque es la hora del almuerzo y aún hay cosas que no hacen solas las máquinas. La otra se vuelve a meter en su papel de veterana responsable para recriminarte que te hayas presentado sin acompañante, que a quién se le ocurre, que esto es más serio de lo que tú te crees, que si no leíste lo que firmaste y que si tal y cual. Sabes que esto no es un juego, claro que lo sabes; pero ya le has dado muchas vueltas, demasiadas. Vuelves a alegar en tu descargo que evitaste venir acompañado porque si llegas a presentarte con alguien durante la espera le hubieras dado una buena paliza y se te hubiera desatado el ansia, y eso no beneficia a nadie, y menos a ti, que eres el único elemento a mimar en esta historia. Te dejan solo unos minutos hasta que Verónica vuelve portando algo que pronto evitas seguir mirando. Esos útiles, menos mal, siempre te han dado grima. Espero no hacerte daño, dice. Le miras a la cara. Una chica muy dulce esta Verónica. Ahora que vuelves a andar suelto bien podrías hacer un esfuerzo por enamorarte de ella. Así, si la cosa sale mal, recalarías en el infierno con esos porcentajes tuyos realistas/románticos un poco más equilibrados. Pero es inútil. Pese a lo que mucha gente de tu entorno supone, eres muy lento para esto de enamorarte. Mera autodefensa. Algo así vino a decir el tío Lou Reed en un poema con el que de pleno te identificaste hace ya una vida. La chica te sigue pareciendo un encanto incluso cuando te endosa sin más preliminar ese chisme de plástico en la vena. Lo has hecho muy bien, vas y le sueltas, como consolándola tú a ella. Llevas meses comiéndote la moral con este momento y al final compruebas que no era para tanto. Suele suceder. Empieza a entrar la sustancia. Simple alimento, se te informa. Estoy demasiado nervioso, quizá con un poco de morfina…, dejas caer enarcando la ceja izquierda, la única que se te enarca sola. Verónica te ríe la gracia. La otra te dice que de eso nanay, y te lo dice con la mirada, sin articular palabra. Haces pucheritos y piensas en alto: tenía que intentarlo. Justo un celador viene a traerle a las compañeras unos bocadillos y unos refrescos. Se retiran a la pieza contigua en consideración al ayuno generalizado. Ya no las volverás a ver. Y se acabaron las sonrisas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Se cierra una puerta y se abre otra de dos hojas, abruptamente. Una chica enfundada en una bata verde viene a por ti. Debe de andar por la edad de Verónica, pero poco tiene que ver con ella. Parece cansada, tiene mala cara, debe llevar tropecientas horas en la crisma. Se arremanga y te transporta a trompicones, se van abriendo y cerrando puertas al paso, te sientes como en una siniestra atracción de feria. Desnúdate, sales de ahí y te tumbas en ésta, te ordena la siesa con causa. Obedeces, es a lo que vienes. La luz te ciega en el nuevo catre, mejor cerrar los ojos. Se agudizan así las entendederas. Tienes que evadirte, repescas el acuciante comecome, el año de seca, tu reiterada promesa ante espejos, escaparates, ojos y todo lo que refleje tu contraída jeta de que si te najas de la calva has de retomar la ingrata lid, pero con ganas. En este trascendental albur te reafirmas en la convicción. Tras el aviso deberían cambiar mucho las cosas. Se advienen cambios en la estrategia. Enumeras mentalmente los propósitos, o suerte de mandamientos autoimpuestos, llámalo como te salga. Total beligerancia contra el fuego amigo, si no el fuego que más quema, sí el que más paraliza. A este respecto, como en muchos otros, se te ha agotado la paciencia. Te dejarás de miramientos y sacarás a pasear la mano si hiciera falta. No les pasarás a éstos ni una ni media, le darás su justo merecido al yoísmo grandilocuente, máxime cuando provenga, tú te entiendes, del pseudomainstream trepa. Para los que han perdido la compostura mostrarás la espalda, pues tienen suficiente con lo suyo, pobres. Te has mantenido el último año alejado de los modernos mentideros, pero de extranjis de vez en cuando has desplegado la antena. La cosa va a peor, si es que esto es posible. Debería no afectarte, pero no soportas a los aduladores de pacotilla, te enerva la indecente forma que tienen de trabajarse la falsa camaradería, la desesperada caza del burdo arrumaco del igual, lo patéticos que se muestran en público cuando intentan llevarse al huerto a una de esas almas cándidas que andan por ahí encabalgando mojigaterías. Sus estomagantes ardides te horrorizan. Puro hastío. ¿Y qué decir de lo de los llorones? Absolutamente insoportables, de verdad de la buena. Que si es el poder, el sistema, hermanos, que no tenéis ni idea; o que si el amiguismo plumilla, o que si la cicatería de las editoriales…, o el gobierno, o la sociedad, o la prensa…, o incluso el mercado. Acabáramos. Tienes que echarte a reír. El mercado, dicen. Tu desaparición te ha hecho recapacitar, te ha distanciado más si cabe de toda esa autocomplaciente caterva de corporativistas de alpargata. En tu hasta ahora asumida derrota, eso que ganas. Sabes de sobra, lo has vivido, que, al igual que te ha venido sucediendo con el amor, los momentos de reconocimiento son efímeros, y si aparecen lo hacen cuando menos se los aguarda. El amor es otra cosa, pero la actividad que te obsesiona es justo eso, una actividad. Más o menos profunda, pero una actividad sin más. Si aún crees que algo puedes aportar no queda otra que darle duro. No es un oficio pero tampoco una afición, es algo más arriesgado y requiere de trabajo, de mucho más del que se supone. A vueltas con los meses y meses de seca, apenas atendiendo algún encargo, y no de muy buena gana. Aunque si lo piensas no fue para tanto, quizá el respiro era necesario. Ahora hay que retomarlo. Y con método. Ya lo soltaste en tu última monserga larga. A saber: escribirlo todo con más emoción que sentimiento, con la urgente desidia de un taquígrafo, dejarte los dedos precisamente en dejar constancia, con las palabras justas, siempre menos es más, narrarlo todo aunque no suceda nada, la primera idea es la mejor idea, nada de bifurcarte, del uno al dos, del dos al tres y así, acaba y a lo siguiente, pero acaba, cabrón, acaba, y si hace falta un empujón, adelante, aunque sólo para la carrerilla. Luego mantén prudentemente la golosina alejada del alcance de los niños. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Y precisamente…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_30j0zll"></a><span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Se acercan unas voces, alguien te vuelve a trajinar la vena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Zumba sobre el zángano la vulva de la reina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Uno, dos…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Hala, al carajo la reconcomida consciencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Despiertas bajo la luz. Desvarías. Algo de un déjà-vu, balbuceas. Las voces te tranquilizan. Te extraña que no haya choteo: acostumbrados están a las sandeces, seguro que todo quisque les sale por peteneras. Rápido te despachan, aunque tienes los ojos bien abiertos no te da tiempo a quedarte con ninguna cara. Sumido en una sobrecogedora beatitud te sientes durante el traslado, estás como en estado de gracia. Anclan el catre móvil en la sala de despertares. La poética de la ciencia. Ahora la Verónica de turno se llama Miguel y tiene barba. Al principio se muestra distante, después resulta ser un gran tipo. La sala es amplia, todo es parsimonia, lasitud, recatadas peticiones de asistencia para popó o meada, patéticos trastabilles, alguna furtiva lágrima. Yacen los cuerpos remendados, arrebatados de lo que les sobraba por unas almas hermanas que heroicamente sortean los cicateros envites de la putrefacta canalla facha.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Saliste de ésta. No hubo vuelo nupcial que valga. Otra reina te ha indultado. Y van. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Unas semanas más tarde, mientras te recuperas en tu escondrijo, las palabras más atinadas sobre la vivencia vienen de nuevo de América: «Ya ves, sólo confirmamos que eres un dramático».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">Pues será eso, mi pequeña bruja de la guarda. Será eso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">* <o:p></o:p></span><br />
<div style="text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 14pt;">E.L.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 1cm;">
<br /></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-88540332396838446162017-09-11T07:06:00.000-07:002019-01-05T18:46:29.936-08:00RESEÑAS ACELERADAS Botines de cuero español: CÁNTICO DE ESPARTO, de Edi Tachera<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Emilio Losada</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic8o8rTBDTLib5o5RVAUmq2d5BWM78H56UceCPMYPp-z9Ko7Pm54o0xMGWjN65egzvjeURQ6jqHkDefqg5_Iq5KpPmSYJmhUYR0TBZeGPXyLdt_GmTcudgAKpGstATqq4k1y2mt7_jPqs/s1600/Tachera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="190" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic8o8rTBDTLib5o5RVAUmq2d5BWM78H56UceCPMYPp-z9Ko7Pm54o0xMGWjN65egzvjeURQ6jqHkDefqg5_Iq5KpPmSYJmhUYR0TBZeGPXyLdt_GmTcudgAKpGstATqq4k1y2mt7_jPqs/s400/Tachera.jpg" width="285" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Aún cándidas las almas, espídico el ademán, dinámica es la noche, la jarana se inicia con el ocaso en los bares del Arenal y muere a eso del mediodía, copazo de Arenas seco en ristre, ante la destartalada fachada del bar El Postigo, más conocido como El Putas, de la Loli y el Antonio, benditos sean por siempre, estupendos los recesos, las chácharas, los sándwiches vegetales del mágico Abdón, prestos a aliviar el estrago del hachís apaleado, ingenuas empero esperanzadoras las adhesiones a la causa en la esquina del fondo de la barra principal del todavía incipiente Fun Club, es la era de las centraminas y los secantes, se piensa rápido y se habla con la boca y con los ojos, y que si jijí y jajá por aquí, que si jijí y jajá por allá y vamos que nos vamos de bar en bar, el zigzag acrecentándose conforme van pasando torpes las horas, se vandaliza, pero se vandaliza poco, acaso unos gráciles puntapiés a algún desubicado contenedor de basura que fracasan en su afán de aplacar fulgores postadolescentes, los botines, siempre de tacón cubano, cuero autóctono, claro está, nada de <i>Chelseas</i>, las deportivas, John Smith, <i>of course</i>, qué coño es eso de las Converse, ambos calzados conforman una suerte de domicilio ambulante, casi nadie tiene todavía nido independiente, en una de aquéllas conoces al Tachera, cantante y embrionario vate, inevitable la conexión, estáis rodeados de músicos por todas partes y los músicos, esto es un secreto a voces, en realidad son unos tipos aburridos hasta el bostezo que sólo hablan de música, con el tiempo cualquiera se acaba dando cuenta, pero con el Tachera es otro cantar, Baudelaire o Cernuda se entremezclan en el palique con los Kinks o con los Stones de Brian, buena cosa, eso te va, y en esto que el guitarra solista de su banda se va a hacer las Italias, más bien se va tras el culo de una italiana, concupiscente de él, y a ti se te insta a sustituirlo, aceptas, un año dura la jugada, se intensifica entonces el blablablá con el <i>cabeza </i>del grupo, urdís libros futuros a lo largo y ancho de los pueblos y ciudades de Andalucía, van surgiendo versos al efecto en la carretera, en plena farra o en pensiones baratas, y en la ciudad, pues todo bien en la ciudad, gracias, al menos de momento, se suceden los desmadres, las chicas compartidas, hay alguna que otra trifulca al respecto, ninguna seria aún, noches inolvidables, como para enmarcar, empalmes más inolvidables todavía, el empalme es lo mejor de la farra, sostienes, y no eres el único, no hay años de victoria, sí mañanas de fervorosa embriaguez, que si no son pequeñas victorias mucho se le parecen, pero todo tiene su fin, que decían los Módulos, ya con las gafas de sol encasquetadas os vais retirando tras los abrazos pertinentes o a la rigurosa francesa, allá cada cual con su protocolo, son agradables los inicios del caos, pero poco a poco la cosa se va deteriorando, entra duro la cocaína en Sevilla, o más bien un sucedáneo de cocaína, y así hasta hoy, el pérfido engrudo poco a poco se hace fuerte, las pandillas se cierran más si cabe, es muy puta Sevilla para las pandillas, otro secreto a voces, se semiprivatizan los excusados de los bares, empiezan los malentendidos, se afianza el desapego, tú vas por libre, te va el baile como al que más pero no eres de clanes, eres un crítico, un hostil, un negativo, y eso no lo toleran muchos a los que el ciego no les deja ver más allá de sus narices empolvadas, <i>sweet home </i>ostracismo, qué diantre, tienes tu verdad, ellos tienen la suya, aquí guerra y después gloria, se inaugura una época de profundo distanciamiento, y que si patatín que si patatán, ya ves que te ha vuelto a pasar, devaneaste, por peteneras siempre me sales, chaval, vale, sí, esta vez puede que haya motivo para ello, o un motivo a medias, más bien, sin duda haber compadreado a conciencia con un autor ayuda a comprender y hacer comprender su obra, pero para reivindicar las bondades de este <i>Cántico de esparto </i>te podías haber ahorrado la retahíla, sabes que no es necesaria la presencia en el lugar del crimen cuando un texto se defiende solo, menos aun cuando los versos que conforman el poemario que nos ocupa andan tan apegados al presente, un poemario muy social éste realmente, sucinto, elevado y lenguaraz, tan sólo la suerte de adelantado obituario para consigo bastaría para desacreditar la totalidad de la producción de cualquiera de<i> </i>los pipiolos juntacaracteres adscritos a la <i>nueva poesía de mierda</i>, precisamente son éstos los que deberían dignarse a leer <i>Cántico de esparto</i>, igual se les pegaba algo, descubrirían que el auténtico <i>feedback </i>no precisa de corazoncitos, guiños alopécicos o pulgares hacia arriba, pero no lo harán, seguro que no lo harán, viven una realidad paralela sufragada por el bolsillo de sus progenitores, tasan la calidad de una obra artística por el número de descargas en Amazon, creen que lo de Facebook es publicar, la insidia del entramado<i> </i>no les afecta lo más mínimo, locuaces los hay en todas las edades, mantengamos la esperanza de que los más avezados, nada hace suponer que no los haya, se tropiecen con esta pequeña gema, aunque éste quizá sea un libro para curtidos, <i>lo que está pasando</i> hace demasiada mella en las peladas nalgas de los artistas de la mancillada generación de Tachera, los estragos derivados del putrefacto tinglado<i> </i>se asoman en cada una de las páginas de este preclaro cancionero subdividido a la sazón en cuatro pequeñas partes como cuatro soles, que diría un cursi o un contumaz, es una broma personal, una primera donde ahonda es esto mismo, en la mamandurria, en los pormenores de esa detestable añagaza urdida por los miserables que te mandaron a la puta calle a ti, a él, prácticamente a todo vuestro círculo, generación noqueada, ahora a duras penas recobrada de los golpes, reinventada sin el mínimo auxilio de los próceres, para qué insistir, tristemente asumida la cosa está, en la segunda aborda la faceta crápula, en la tercera la elucubración, el receso, el desaliento, y en la cuarta el amor que salva, que revitaliza, que recompone, aunque transite fugaz, como una de esas inquietas estrellas que no dan pie a clamar el deseo a satisfacer, y entonces hay que partir de cero, es lo que toca, o es que acaso el trasiego de las mentalidades sensibles no se reduce a una sucesión de comienzos, leído y releído el librito hay gazuza de más, así que sólo nos queda desear que el poeta siga alimentando a conciencia el cuero de sus viejos botines, no desista en su empeño de incurrir luces y sombras y se preste a contarnos la jugada tal y como ha hecho en este <i>Cántico de esparto</i>, y con respecto a los orgullos, lo que no reconcilien los orgullos que lo reconcilie el arte, y si no es suficiente con el arte, reivindiquemos nuestra condición de hermanos, puñeta, que de la familia uno no se puede librar tan fácilmente, y con los desencuentros, qué diablos, con los desencuentros, pelillos a la mar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">*</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">SIN PENA NI GLORIA<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">Mi única aspiración en la vida es morir sin pena ni<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">gloria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">Llorar en silencio<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">triunfar desapercibido<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">despedirnos sin narcisos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">Morir sin pena ni gloria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">Mientras ladra un perro callejero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">en tañir la campana sombra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">Morir sin corona<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">con mi última canción desvanecida<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">bajo la ducha de una mujer cualquiera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">Acabado sin alharaca<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">ante un puñado de personas que saben dejarme en paz<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt;">sin pena ni gloria.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
*<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Cántico de esparto </i>ha sido publicado por Ultramarina Editorial, 2017<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_jeorg7OX0zS1e_zOmFItpYIgJ4krExgQOFjyWsMKxwhXxQGqQ0Vy93e3gjSiKqbM1eimLI4mJS_dHLp-Fw3T4lnn340OX66uXRgelJQ9qbdulVbPDcNc3m7_JbZ8WTE6z1rTr82D7PY/s1600/IMG_1230.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_jeorg7OX0zS1e_zOmFItpYIgJ4krExgQOFjyWsMKxwhXxQGqQ0Vy93e3gjSiKqbM1eimLI4mJS_dHLp-Fw3T4lnn340OX66uXRgelJQ9qbdulVbPDcNc3m7_JbZ8WTE6z1rTr82D7PY/s320/IMG_1230.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Edi Tachera</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"></td></tr>
</tbody></table>
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-55638997203121944982017-08-01T00:50:00.000-07:002020-02-17T10:05:06.334-08:00RESEÑAS ACELERADAS Los versos del funambulista: ASCENDIENDO A LO HONDO, Javier Vayá Albert<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Por Emilio Losada</span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8F6XIEuWq7lZ6jqOsgAxfUd9gXUO-X3wxxJpjE1P2D_dWVUDK6d_LqhSLz2gFoN-y-h7K2lUuwTBQhvINpvyw_1AuM7-8yb7y1CzTVhh7Q7nhDh5bLLatKgCOB7khkgt3O46T1FtvmVQ/s1600/Javier+Vay%25C3%25A1%252C+Ascendiendo+a+lo+hondo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="263" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8F6XIEuWq7lZ6jqOsgAxfUd9gXUO-X3wxxJpjE1P2D_dWVUDK6d_LqhSLz2gFoN-y-h7K2lUuwTBQhvINpvyw_1AuM7-8yb7y1CzTVhh7Q7nhDh5bLLatKgCOB7khkgt3O46T1FtvmVQ/s400/Javier+Vay%25C3%25A1%252C+Ascendiendo+a+lo+hondo.jpg" width="262" /></span></a></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Una barbaridad de poemario de todas todas, vuelves a considerar muy de
mañana, cero injerencia artificial mediante, aún sin más
efluvio alcohólico en el gaznate que el regusto a enjuague bucal, mal dormido y
casi peor soñado, sí, pero lo suficientemente lúcido como para reafirmarlo a pensamiento en grito, ya se te ha hecho el
cuerpo a la contrariedad, con los años uno se acostumbra a todo, blablablá, en definitiva, que eres
de los que esperabas más del Vayá de las redes, talentoso poeta, aunque quizá
promiscuo en exceso y de exabrupto demasiado subordinado a la desmoralizante
actualidad, las prisas de la era y sus urgentes atajos, claro, es lo que tiene este
invento del demonio, mas he aquí al tipo en víscera y hueso, asentado,
elucubrado, contenido y salvaje, tierno y bruto a la vez, en riguroso trozo de
árbol, como debe ser, tanto narcotizante esmarfón, tanta tableta
fabricabobos y tanto niño muerto, puñeta ya, Javier Vayá Albert, un rapsoda a
la eterna usanza que de vez en cuando brota del subsuelo para asomar el ala del
sombrero por todo local que quiera regalarle a su suertuda parroquia las
palabras de un poeta <i>de verdad</i>, <i>Ascendiendo a lo hondo</i>, caza mayor, cancioneros como éste sólo los
pare un poeta-poeta, algo así jamás emerge de las enclenques
entendederas de uno de esos <i>poetitas</i> fáciles que han perdido los dientes de leche ante un
Mac, y mucho menos de las del anquilosado escritorzuelo mamandurrias
que clama sus encarriladas lecciones de moral guarnecido bajo el alienante
paraguas del <i>holding </i>de turno, nuestro Vayá va por libre y tiene
más que asumido que el arte será osado o no será, es el amante que ante la
irrupción inesperada del burlado escapa por la ventana en lugar de esconderse bajo
la cama o en el armario, es el funambulista sin arnés que tiene la desfachatez
de bajar la mirada para embriagarse de vértigo y que gusta de asustarnos adrede con
fingidas autocomplacencias para recuperar equilibrio e integridad en el último
momento y alcanzar con una facilidad pasmosa el otro extremo, «La poesía en el
fondo es el más bello error», afirma este superviviente al que las lecturas y
la experiencia le han enseñado, no en vano son ya más de cuatro décadas de
existencia en el planeta, a sobreponerse de los desmanes de un asfixiante
entresijo, a hallar magia y beldad en el erial, que estamos ante un poeta curtido
y puro donde los haya queda demostrado en cada una de las cinco partes que
conforman este libro que te zampaste de un tirón anoche, justo como no
se debe de hacer nunca con un poemario, y es que te resultó imposible
desentenderte de todos estos versos de amor y trinchera, abstraerte de las fatídicas
realidades que escriben el poema pero que muy pocos tienen el don de atraparlas al vuelo para
lanzárnoslas con tanto tino al alma, un preclaro librito sumamente
recomendable pues para las mentalidades sensibles neófitas o no en la lid que, eso sí, tengan algo de calle y hayan recibido en la crisma los rigores de este
putrefacto entramado, aunque ya se sabe, nunca está de más incidir en el
particular, a editorial pequeña, distribución prácticamente inexistente fuera
de su área de influencia, en fin, qué le vamos a hacer, hagan ojos
ciegos con alguna que otra línea aquí escrita y pregúntenle a su buscador
digital de confianza los pasos a seguir para recibir en sus domicilios esta
auténtica gema del Harold Lloyd de la poesía subterránea ibérica, ya están
tardando, pocas veces uno encuentra tanta altura en un descenso.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;"> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">EL MEJOR POETA DEL MUNDO</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">El mejor poeta del mundo</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">se sentaba en un pupitre junto al mío,</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">escribíamos versos furtivos e ingenuos</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">para la misma chica.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">Era el mejor en todo lo que hacía</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">era un endemoniado ángel</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">en un mundo de demonios angelicales.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">Ahora lleva muerto toda una vida</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">yo llevo vivo toda su muerte.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">Hoy recordaré una promesa que le hice</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">y por supuesto no he cumplido.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">No creo en Dios ni en nada parecido,</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">pero a menudo me pregunto</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">si pese a lo mucho que nos duelen los
muertos</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">no les doleremos a ellos </span><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: "symbol";">-</span></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;">mucho más</span><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;">-</span></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"> los vivos.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: xx-small;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-size: large;"><i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Ascendiendo a lo hondo </span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">ha sido publicado por El Petit Editor,
2017.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1pSxoL-sVtYzPxB0Xka4YkMa5vWQHs4TAncGwpe3J9mWdHQXkfHdRNc5NzYeOFzXnluz478LxeR_z6IZo-JDi-6qQI97XWq6Q2l1Lm9zzEKcLYt-XN0oFiK4eoEx_YUNfcbNrA_A0h2A/s1600/12747416_10207352115174728_4165890277478634230_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="972" data-original-width="1296" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1pSxoL-sVtYzPxB0Xka4YkMa5vWQHs4TAncGwpe3J9mWdHQXkfHdRNc5NzYeOFzXnluz478LxeR_z6IZo-JDi-6qQI97XWq6Q2l1Lm9zzEKcLYt-XN0oFiK4eoEx_YUNfcbNrA_A0h2A/s320/12747416_10207352115174728_4165890277478634230_o.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Javier Vayá Albert</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-12575577628931408052017-06-29T01:55:00.000-07:002017-10-29T01:48:27.646-07:00VIRAJES<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;"></span><i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">Por
Emilio Losada</span></i><br />
<div>
<span style="font-family: Times New Roman, serif;"><i><br /></i></span>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">(Texto aparecido en el libro <i>Lift off: un homenaje a David Bowie, </i></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 16px;">editado por la revista </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 16px;">La galla ciencia</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">)<i>.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;"><i><br /></i></span></div>
<i>
</i><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmjBmBwS8ncvayuSncLcY9hkJy3MIr91Lxf2IssfnTDw8PunZURTn5DATdG4t0Y7-0WhzvhhKrIhz0cC3BwnF7JZdKUiBnaCwHFJqr7EOtFSZT3lPf-Uvp98nEh9v2xz8Vvrt73MmLwno/s1600/%25C3%25ADndice.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="268" data-original-width="188" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmjBmBwS8ncvayuSncLcY9hkJy3MIr91Lxf2IssfnTDw8PunZURTn5DATdG4t0Y7-0WhzvhhKrIhz0cC3BwnF7JZdKUiBnaCwHFJqr7EOtFSZT3lPf-Uvp98nEh9v2xz8Vvrt73MmLwno/s400/%25C3%25ADndice.jpg" width="280" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Lift off: un homenaje a David Bowie </i>(<i>La galla ciencia</i>, 2016)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i></i></div>
<br />
<i>
</i><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br /></div>
<i>
</i><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "symbol"; font-size: 10.0pt;"><span style="mso-char-type: symbol; mso-symbol-font-family: Symbol;">-</span></span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">Perdona
si te he molestado, es que por un momento comprendí que estamos todos muertos.</span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">Pablo Cerezal</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">bien,
mi pequeño picaflor galáctico, supongo que ya puedes oírme. seguro que reconoces
mi voz. tú sólo escúchame, no intentes decir nada. aún no. y no te asustes si
te notas algo extraño: ahora sólo eres alma. es mejor que lo asumas cuanto
antes. tantos años remodelando la fachada para acabar así, tiene gracia, ¿no? sé
cómo te sientes, esto suele pillarle a uno con el pie cambiado y siempre ocurre
demasiado pronto, pese a que algunos, cuando se refieren a tipos como nosotros,
sostengan lo contrario. no puedo engañarte, te confieso que me alegré cuando supe
que ibas a recalar en este satélite. decidí entonces ser el primero en
recibirte. no me costó dar contigo: las almas gemelas aquí nos reconocemos por
sensaciones, nos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sentimos</i>, no sabría
explicártelo mejor. seguro que tú lo captas, siempre tuviste una gran capacidad
de asimilación, hasta supiste comprenderme a mí cuando nadie lo hacía. te pido disculpas
si no fui demasiado efusivo al agradecerte el espaldarazo. nunca es tarde. ya me
conoces, no suelo sonreír gratuitamente a la cámara y tensando ambientes soy el
número uno. lo que importa es que seguimos en la brecha. somos afortunados, estamos
más preparados que la media para afrontar este tipo de eventualidades. alguna
ventaja tenía que tener ser rarezas. le echamos arrestos, vaya que sí: la noche
estaba llena de puertas y nosotros las quisimos cruzar todas sin miedo a lo que
nos pudiéramos encontrar al otro lado. se nos puede tachar de todo menos de
cobardes. me quedé corto en el improperio, todas aquellas almas en pena ni siquiera
alcanzaron a arañar una sola de nuestras semanas. nos tildaban de nihilistas y
de autodestructivos cuando consumíamos vida con voracidad vampírica, nos regalábamos
interminables baños de vorágine y desinhibición, alegremente nos atiborramos de
venenos ofertados por cualquiera, exploramos nuevas formas de amor hasta la
náusea, no nos cortábamos ni un pelo y encima lo vimos venir, estábamos más despiertos
de lo que suponíamos: cuando llegamos al borde de<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>l
precipicio volvimos a agarrar el volante y nuevo viraje al canto. lo nuestro ha
sido siempre una sucesión de comienzos, la revitalización formaba parte del
proceso. lo esencial no había cambiado: entre sentimiento y emoción, la
emoción, siempre la emoción, ¿recuerdas? sin ningún titubeo ni sombra de dudas,
se pasa de página, se acaba un libro y se abre otro, encuentras otros estímulos,
todo sigue descolocado y en su sitio a la vez, todo encaja, como siempre, la sensación
no cambia, uno se mimetiza, se reinventa, es de idiotas aferrarse a una sola
personalidad cuando te puedes apoderar de otras tantas, es algo a lo que aún
hoy le sigo dando vueltas. ¡pobres necios! si hubieran reparado en toda la magia
que tenían ante sus narices, si hubieran sabido ver lo cerca que tenían la
salida se habrían salvado. lo sentí por muchos. no sé tú, pero yo no solté
nunca prenda al respecto, un pacto es un pacto. disculpa si te estoy calentando
demasiado la cabeza. sé que éste es un momento duro para ti, aunque eres
afortunado, siempre lo has sido, has corrido mejor suerte que yo, a mí nadie
vino a <span id="goog_1670577602"></span><span id="goog_1670577603"></span>recibirme, sucumbí a un acceso melancólico que presumí eterno, extrañé la
isla, el olor fuerte del río al alba, los chismes, los viajes, mis mismos
andares, y para colmo sentí verdadera compasión por los que se quedaron allá. estaba
muy solo e intenté sin éxito dar con alguno de mis maestros, dos en particular,
sabes de quiénes hablo. supongo que sus almas deben pulular por un satélite
superior, mala suerte, igual es que aún no he pasado de fase, o quizá es que llega
un momento en que esto se acaba definitivamente. debes saber desde ya que aquí
se despejan pocas incógnitas, lo que no deja de ser una buena noticia. tú y yo nos
derrumbaríamos sin alicientes. bueno, te estoy atosigando, lo sé. hay cosas que
deberás ir descubriendo por ti mismo. ahora lo mejor es que te deje solo. tú
relájate, insisto, pronto te adaptarás al nuevo ámbito y sabrás darle la vuelta
a unas circunstancias que no acabarán de convencerte, es lo natural en ti, lo
llevas dentro. te dejo. ha sido un placer darte la bienvenida a éste tu
satélite. ya nos sentimos, hermano, mi igual, mi pequeño picaflor galáctico. feliz
viraje.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">***</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzdv-EFW-sMORkO_NjBjuvsbYgZi7psr_TO9K4MN6v6pwLCk-5Ad_0RJdk7lGKbo3cXpM66utTT5-hcCr_EGGIwUYYyBoJ86vzBYQ96vA3vdME4TUpLDVr3PEnEe3_iLwtvy0yo612Xj0/s1600/Lou+David.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="490" data-original-width="735" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzdv-EFW-sMORkO_NjBjuvsbYgZi7psr_TO9K4MN6v6pwLCk-5Ad_0RJdk7lGKbo3cXpM66utTT5-hcCr_EGGIwUYYyBoJ86vzBYQ96vA3vdME4TUpLDVr3PEnEe3_iLwtvy0yo612Xj0/s320/Lou+David.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-90039371166835124212017-06-22T07:55:00.000-07:002018-04-02T03:42:22.074-07:00RESEÑAS ACELERADAS Breve historia del circo: Pablo Cerezal y la justicia poéticaPublicado en "Entretanto Magazine", junio 2017<br />
<div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgelSpDWTYB1UDdCd-crqmwj1IiiF87_-iWL2BjQnluQXH-eFFkGFnPbUmtznf-rPMCy88HaBEeBfzMOUpZXAKjdZnc33qnvRKo0jdNkz3lwDkue-VUkhB7Kq5aepikhJHubC0i0kXoZ3Q/s1600/Circo+foto.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="899" data-original-width="596" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgelSpDWTYB1UDdCd-crqmwj1IiiF87_-iWL2BjQnluQXH-eFFkGFnPbUmtznf-rPMCy88HaBEeBfzMOUpZXAKjdZnc33qnvRKo0jdNkz3lwDkue-VUkhB7Kq5aepikhJHubC0i0kXoZ3Q/s400/Circo+foto.png" width="265" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 12pt;">Por Emilio
Losada</span></i></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: 12pt;">Ha
vuelto a suceder, lees la última página y lo colocas cuidadosamente en el sitio
que le corresponde por lógica alfabética en la estantería, a la vera de sus dos
hermanos mayores, pero, ah, amigo, al igual que ocurriera con éstos, el libro
sigue abierto, las carpas del Circo Cerezal no pliegan, se alzaron para
permanecer, gloriosa paradoja de aquél que embebe su prosa de movimiento y
vivencia, y tú felicítate, no te reprimas, qué demonios, en parte es mérito
tuyo, bien por ti, eres público, juez y parte en este espectáculo de letras
extremas, supiste sortear virtuosamente la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pole
position</i> de toda la bazofia plantada por obra y bolsillo del magnate
mercachifle de turno en las mesas de novedades y “más vendidos” hasta toparte
por casualidad o, quién sabe, por pura magia, con el maestro de ceremonias de
este nuevo festín de miscelánea histérica, procede pues la grácil genuflexión
que le dedicas al espejo del tocador antes de despatarrarte de nuevo en el
catre, amplia la sonrisa, las manos entre la nuca y la almohada y la mirada
clavada en este límpido techo que protege de la intemperie tus sueños de poeta
afligido en el que, bendita literatura, la más abstracta y libre de todas las
artes, tu imaginación de lector empieza a proyectar como míticos fotogramas previos
al fatal desenlace las palabras transformadas en imágenes, así ves de nuevo las
lágrimas del pequeño pirómano Munay, provocador de incendios vitales, saliendo
sin duelo ante un mundo que empieza a no comprender, o el lánguido pulular de
Angie, la gata/gato, o esa tierna interpretación del encantador desfile de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">freaks </i>de Browning, o al mismo Pablo afrontando
sin rencor la estafa cochabambina con la ayuda de unos centilitros de ese
salario de estrellas que decía el divino Fijman, descubridlo de una maldita vez,
o las masturbaciones genetianas con las que consuela las ausencias de su
adorada Sabah, no es casualidad que el antisanto francés fuera, como el maestro
Cerezal, un poeta disfrazado de prosista, Pablo Cerezal, sí, grabaos su nombre
en la frente, quizá el escritor más grande de su generación en España, y ahora
cierras los ojos, aprietas los dientes y te preguntas por enésima vez cómo
puñetas lo hace para plasmar con palabras tanta belleza, mejor no le des más
vueltas, sólo cruza los dedos para que este artista que únicamente necesita un
cepillo de dientes para salvaguardar su integridad no desfallezca y siga
deslumbrando nuestros días y noches con nuevas maravillas como ésta, y ahí entramos
nosotros, amigos, ahí entra el público, el verdadero distribuidor de justicia
poética, el gran Nicanor artefactó que todos le debemos un hígado a Bolaño, lamentablemente la solución a aquel desaguisado no estaba en nuestra mano, pero aún estamos a tiempo
con Pablo Cerezal, aunque él jamás nos lo pedirá precisa de algo más que
reconocimiento y abrazos, en consecuencia, no es tan difícil de entender, podemos
empezar por regalarnos y regalar a toda alma hermana que se tenga a mano esta
maravilla de trozo de árbol, algo así de simple, algo así de acertado.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd8V4PIQmIQJ3plCP0uYXySz7Dwo5k-lDKnmLU6K1JlKJ_4V_Rh9CZ4fzMJZdBOsdTvoxBEdIr9b58LG2XVqfPUM7ML1d809E8OO-ZmyliXNVkOmpLi3zA78N8sAOJGEMb5fS6YfYUl10/s1600/Pablo+Cerezal+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1068" data-original-width="1600" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd8V4PIQmIQJ3plCP0uYXySz7Dwo5k-lDKnmLU6K1JlKJ_4V_Rh9CZ4fzMJZdBOsdTvoxBEdIr9b58LG2XVqfPUM7ML1d809E8OO-ZmyliXNVkOmpLi3zA78N8sAOJGEMb5fS6YfYUl10/s320/Pablo+Cerezal+%25282%2529.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pablo Cerezal</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Breve historia
del circo </i>ha
sido publicado en una preciosa edición por CHAMÁN EDICIONES, 2017</span></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-34980379992023158962016-10-03T05:58:00.000-07:002016-10-03T06:05:20.328-07:00ALCOHOL BLANCO<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif";"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG8x6aXnrq8byjkuNWVLAy9pF6UpqXS4BnDDey0l5ORx68EOuRSxTxADP4lCFf_8JijsIKXrlLV_5gDnKwWi379vTCRBk_pC9ycnbRMqnbuP2Zv_Owg2kogAIrj-heQfOr9dCFi223rnA/s1600/arenas_seco_50_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="114" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG8x6aXnrq8byjkuNWVLAy9pF6UpqXS4BnDDey0l5ORx68EOuRSxTxADP4lCFf_8JijsIKXrlLV_5gDnKwWi379vTCRBk_pC9ycnbRMqnbuP2Zv_Owg2kogAIrj-heQfOr9dCFi223rnA/s320/arenas_seco_50_.jpg" width="320" /></a></span></div>
<br />
<i style="text-align: right; text-indent: 324pt;"><span style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></i>
<i style="text-align: right; text-indent: 324pt;"><span style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Alcohol; salario de
estrellas.</span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-align: right; text-indent: 324pt;">Jacobo
Fijman</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">es un somnoliento atardecer<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">de otoño en Sevilla<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">la ingesta indeliberada de algún que
otro aguardiente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">me insta a localizar una colección de
versos <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">ésa y sólo ésa era la intención<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">pero muy pronto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">esta vez quizá demasiado pronto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">me puede el paisanaje<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">grupúsculos de vulvas imberbes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">atosigan mis sentidos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">por una calle Sierpes curada de espanto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">en simétrico vaivén con las aves del
tiempo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">que rasan las seseras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">presagiando el primer aguacero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">de la temporada<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">los extremos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">por su parte<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">se amenizan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">tiznados hombres-estatua<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">alardean de estática impertérrita<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">frente a un conjunto de arpistas
disléxicos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">que tañen desganas ante una audiencia de
tiovivo <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">engalanada con perillas desgarbadas al
uso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">que no tienen otra razón de ser que
encubrir papadas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">de pelícano borracho<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">irrumpe la lluvia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">los previsores se jactan de tener al fin
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">ocasión de desplegar sus paraguas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">como murciélagos las alas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">incauto de mí<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">yo simplemente intentaba dar <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">con una colección de versos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">pero ahora lo menos sangrante<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">es volver a diluirme en alcohol blanco<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">porque ya sólo aspiro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">a guarnecerme de mí mismo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">bajo este intempestivo ocaso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">de las seis y media</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-indent: 27pt;">en Sevilla</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-indent: 27pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: .85pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 27.0pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-indent: 27pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 0.85pt; text-align: right; text-indent: 27pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-indent: 27pt;">De <i>Ventajas de estar en la ruina</i>, 2015</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-9927414370084873982016-09-16T06:56:00.000-07:002016-09-17T03:25:24.133-07:00DESCUBRIENDO HALAGOS (un relato de Venthor Gómez publicado en el número 0 de la vilipendiada revista "La antibiótica") * <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS4vc-oUuK7Yw1Z7UaA1rPOtqfQddLzxnuHCGhtU-KMZucFw1Ld51G6IFz8AfhKfLOrg3zGOJsinWRPw_m7_vjkQXuFVb6vUhp8fOFDN0lmTfV4oUtU0_soT4ZYmwEuxIvqnjqM_WnDl8/s1600/macaco.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS4vc-oUuK7Yw1Z7UaA1rPOtqfQddLzxnuHCGhtU-KMZucFw1Ld51G6IFz8AfhKfLOrg3zGOJsinWRPw_m7_vjkQXuFVb6vUhp8fOFDN0lmTfV4oUtU0_soT4ZYmwEuxIvqnjqM_WnDl8/s1600/macaco.jpg"></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; line-height: 150%;">Durante
un breve periplo vacacional, vagando por
</span><st1:personname productid="la Meseta Norte" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;" w:st="on"><st1:personname productid="la Meseta" w:st="on">la Meseta</st1:personname> Norte</st1:personname><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; line-height: 150%;">,
di con mis huesos en un pueblo llamado Halagos del Matón. La carretera comarcal
que lleva a la parroquia sobrevive sin apenas mantenimiento, con la maleza desbordando los
márgenes y cubriendo señales de aviso que pueden verse o no, dependiendo
del capricho de una voluntad intangible, consciencia de la región misma, el
azar funambulista... Allá cada cual con sus credos, vaya. Hay que ver primero
un letrero oxidado y, segundo, hay que dejarse llevar guiados por la fuerza que
ejerce lo insólito del nombre que bautiza el pueblo y decidirse a tomar la
desviación. Yo así lo hice. Una densa bruma me acompañó durante un buen trecho
hasta toparme con las primeras casas. Conforme iba adentrándome por unas calles estrechas que hacían
complicada la circulación en coche, la atmósfera fue aclarándose hasta que el
cielo fue un trazo azul entre dos líneas blancas. La aparición de un solar
vacío se me antojó de lo más oportuna, y
tras estacionar el coche pude continuar con mi paseo hacia las entrañas de
Halagos del Matón tranquilamente a pie. Pese al mes en el que nos hallábamos,
agosto, el ambiente era húmedo y la sensación global era la de hallarme en un pueblo
cualquiera de la comarca; aunque, afilando los sentidos, pequeños detalles
desconcertantes salpicaban el recorrido.
De una antigua casa señorial, algo decrépita, me llamó la atención un blasón de
piedra en el que aparecía esculpido toscamente un mono de expresión
lastimera introduciendo su falo en una
especie de masa vegetal que no pude identificar; un endrino, quizás. La
antigüedad del tallado y la gravedad de su ejecución eran evidentes; ahora
bien, el concepto…. Intentar ensamblar un simio con la historia de esta zona del
norte de Castilla requería grandes dosis de imaginación y si, encima, éste se
hallaba copulando con un arbusto endémico… Las elucubraciones derivadas de esta
imposible dualidad me sumieron en un estado de alerta festiva, por definirlo de
alguna manera. Proseguí pues con el macaco dendrófilo ocupando mis
pensamientos, sin disfrutar enteramente de otros detalles que se me ofrecían
generosos, como ristras de excrementos de vaca secos colgando en las casas con
números impares, figuras furtivas tras los visillos desvaneciéndose a mi paso y
los impagables nombres de algunas calles: “Trompetista Rudy Burlas” (¡!)
“Petaflor” (¿?) “Guisantemo” (¡¿?!)…Todavía no me había cruzado con un ser
vivo, a excepción de un pequeño perro mil leches soberbiamente dotado que
defecaba con dificultad, cuando una melodía festiva empezó a culebrear por el
aire… ¿Era el tañido de unos cencerros el que la jalonaba rebotando por las
fachadas? La amalgama sónica fue
aproximándose, hasta que,
doblando la esquina, se materializó una procesión encabezada por unos
tíos con capirotes tocando la flauta y unas grandes campanas amarradas a la
chepa con correas de cuero. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , serif; line-height: 150%;">(continuará)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , serif; line-height: 150%;"><br></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">*El relato de Gómez es consecuente con las formas estéticas del Movimiento Analsibarita, fundado por el autor y un servidor en el verano de 1997. E.L.</span></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-4043657597458864822016-07-08T15:13:00.002-07:002016-07-09T02:13:33.199-07:00EL MUNIRIA (apócrifo sobre la gestación y el apuntalamiento de la criatura)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
</w:Compatibility>
<w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><br />
<div style="text-align: right;">
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="156">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin:0cm;
mso-para-margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:10.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ansi-language:#0400;
mso-fareast-language:#0400;
mso-bidi-language:#0400;}
</style>
<![endif]--><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVYLhJ2lLNi8F_79F906aox1M51eFhAQprPof0WFGtZs9qqHeUKiPArchKPWqAoTuGEZk64kH4IJzfbUTybxmoPcnWoQFGwGHz9wDyXJ5cvio9JGvQmfp4fOv-o9dORVWFcBmq-uSjScs/s1600/DSC_0192.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVYLhJ2lLNi8F_79F906aox1M51eFhAQprPof0WFGtZs9qqHeUKiPArchKPWqAoTuGEZk64kH4IJzfbUTybxmoPcnWoQFGwGHz9wDyXJ5cvio9JGvQmfp4fOv-o9dORVWFcBmq-uSjScs/s320/DSC_0192.JPG" width="180" /></a><span style="font-family: "times new roman"; font-size: 12.0pt;">Bill hecho un guiñapo, en su habitual estado de semiiconsciencia. La habitación, un desastre: la Clark Nova llena de ceniza en la mesilla, andrajos, restos biológicos, útiles de adicto y papeles desparramados por todo el suelo. Llega Jack, coge un papel de aquí, otro de allá. Empieza a
leer entre tragos lentos. Bill, esto es una maravilla, concluye a los diez minutos. Me pongo y te lo paso a limpio todo en nada, ya sabes que
yo mecanografiando me salgo, que lo reconoce hasta el Capote. Bill: El nenaza del Capote lo dice con segundas, Jack, que no te enteras. Mira, tú haz lo que te salga del entrenalgas con esos textos, pero antes acércame aquella
cucharilla, hazme el favor.<i> </i></span><br />
<span style="font-family: "times new roman"; font-size: 12.0pt;"><i>Usque in aeternum. </i></span></div>
<div style="text-align: right;">
<br />
<span style="font-family: "times new roman";">E.L.</span></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-77726270507815545212016-07-06T05:26:00.003-07:002020-01-15T00:48:59.227-08:00Unas letras para Franzl Lang<span style="font-size: large;">Caranalga de mí, en diciembre murió uno de mis grandes ídolos y yo ni me
enteré. En otoño de 2010 Nueva York se interpuso a la opción Tirol, que
estaba a huevo; mas siempre quise dejarme caer por la tierra del tipo
para, entre otras cosas, presentarle mis respetos en forma de rendida
genuflexión en la puerta de su morada o ante la barra de la taberna de
turno. Hasta el crematorio y más allá perdurará la extrema admiración
que siento por el maestro Lang, que seguramente sabrá excusar tamaña
desconsideración por mi parte y, ¿por qué no señalarlo?, los descojonos
que me ha proporcionado su peculiar arte (¿qué le voy a hacer, si nací
en el Mediterráneo?). Qué maravilla de humano y de voz, pero qué
maravilla... Jodel forever!!!</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">E.L. </span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4Bh26e3kvIrGjFBvLp5KBKSBdBoWh5RROEyTwKXWYUk4MpMchDexx39Q35hTft5_ILIfTogLeTkVlOaGWRPnY74WQkCldaXw79Vhh4Lm3JxSC9oXIZ3ZK3AJvL3fIabqDTAQjkLTzlVA/s1600/langf.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4Bh26e3kvIrGjFBvLp5KBKSBdBoWh5RROEyTwKXWYUk4MpMchDexx39Q35hTft5_ILIfTogLeTkVlOaGWRPnY74WQkCldaXw79Vhh4Lm3JxSC9oXIZ3ZK3AJvL3fIabqDTAQjkLTzlVA/s320/langf.jpg" width="320" /></a></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-11224822654107483242015-12-23T03:27:00.002-08:002016-08-18T12:29:24.202-07:00Mi suerte de rendida reseña de "Madrid-Cochabamba (Cartografía del desastre)" más una entrevista a Pablo Cerezal publicada en "Entretanto Magazine".<br />
<h2 class="entry_title">
<a href="http://www.entretantomagazine.com/2015/12/23/madrid-cochabamba-cartografia-del-desastre-de-pablo-cerezal-y-claudio-ferrufino-cocqueugniot/" rel="bookmark" title="Permalink to “MADRID-COCHABAMBA (CARTOGRAFÍA DEL DESASTRE)”, de Pablo Cerezal y Claudio Ferrufino-Cocqueugniot">“MADRID-COCHABAMBA (CARTOGRAFÍA DEL DESASTRE)”, de Pablo Cerezal y Claudio Ferrufino-Cocqueugniot</a>
</h2>
<div class="top_postmeta">
<span class="entrydate metaitem"></span><span class="entrycat metaitem last"><br /></span>
</div>
<br />
<a href="http://www.entretantomagazine.com/wp-content/uploads/2015/12/1.png"><img alt="1" class="wp-image-57903 aligncenter" src="http://www.entretantomagazine.com/wp-content/uploads/2015/12/1.png" height="287" width="242" /></a><br />
<br />
<b><i>Por Emilio Losada</i></b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
De los alcoholes y de las viandas, del
garito, del restorán y del cinematógrafo iniciático, de Miller a Umbral,
de Dylan a Antonio Vega, de la Biblioteca de Alejandría a los libros de
viejo del Paseo de Recoletos, estación de término soñada para su lúcida
obra por el de Madrid, de las mujeres con las que se comparten cimas y
asperezas y de las que amenizan soledades siempre que, como otrora
aconteciese al glorioso antisanto boliviano, no se interponga en el
trance un irresistible elepé de Neil Young & Crazy Horse, de las
infancias que pasan casi sin olerlas y apenas dejan como testimonio los
reumáticos huesos de una bicicleta, de la penca muerte, de los pencos
muertos al relente o en los nichos, pero sobre todo de la penca vida,
toneladas de vida hay en esta joya de libro, primero se vive y luego se
escribe, es ley de leyes, nunca es al revés, ya nos lo dejó claro antes
de los diecinueve el renacuajo de Charleville, cuánta vida y cuánta alta
Literatura hay aquí, con Ele mayúscula, sí, Ele también de Libertad,
Ele Libertaria, pura y bruta prosa esta, hermosa y desquiciada, de la
que sólo se deja ver muy de vez en cuando a estas alturas del tinglado,
Pablo y Claudio, Claudio y Pablo, Madrid-Cochabamba, Cochabamba-Madrid,
obra de arte de primer nivel, vaya par de dos, Pablo, el poeta
disfrazado de prosista, ya dio el aviso cuando tras enamorarse <i>de</i> y <i>en</i> Marruecos parió aquella maravilla de novela, <i>Los cuadernos del Hafa</i>,
ahora en su parte de este libro, precisamente desde Cochabamba, es una
larga historia, evoca melancólico sus correrías por aquel irrecuperable
Madrid previo a la nefasta irrupción de Álvarez del Manzano y sus
putrefactos acólitos, malditos sean por siempre, aunque no se hunde del
todo, culebrea por los recovecos y da con el respiradero, en su búsqueda
de una señal para la esperanza felizmente la halla en la sonrisa
extranjera, se sale en «Razas del extrarradio», menuda oda mil leches,
chico, chúpense ésa, víboras perladas de Madrid Norte, y qué decir de
Claudio, el mago de la prosa histérica, prosa volcánica, que dice Pablo,
es lo mismo, de muy joven incurre Norteamérica, pelea y compadrea a
ritmo de rocanrol, marea la perdiz con urgencia <i>beatnik</i>, seduce y cata vicios, devora libros y escribe, afila sus bigotes de irreductible galo y lanza al mundo, entre otros tantos, <i>El exilio voluntario</i>,
vaya artefacto, como cada uno de los que aquí nos suelta en formato
corto, donde igual abofetea inmisericorde a los políticos que comen
flores mientras reparten miserias como rememora perversos alivios a
consta de la Deneuve previos a los días de chicha y rosas, Pablo y
Claudio, Claudio y Pablo, Lou Reed los cría y ellos se juntan, otra
larga historia, pero qué forma de escribir, qué barbaridad, lo hacen con
un cuchillo entre los dientes, dejan tan alto el listón que ya es que
ni con pértiga, y nada hay que recriminarles, son malos de los buenos,
en pleno desastre se toparon con la penúltima botella, es un símil a
medias, y para evitarnos posibles disgustos no dejaron que la viésemos
ni medio vacía ni medio llena, la hicieron trizas, aunque, eso sí, antes
se la bebieron toda.</div>
<br />
Desde Madrid Pablo Cerezal me responde a unas preguntas acerca de este estupendo “desastre”.<br />
<br />
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Los textos que Claudio y tú
publicáis en vuestros respectivos blogs con motivo de la muerte de Lou
Reed propician el encuentro en la distancia. Se conoce que desde
entonces establecéis una fluida relación epistolar, curiosamente tú,
madrileño, desde Cochabamba; él, cochabambino, desde Denver, donde
reside desde hace años. Al fin os conocéis en persona cuando Claudio
viaja a su ciudad natal para asistir al funeral de su padre, momento que
ambos reflejáis de forma épica y muy divertida en los epílogos de <i>M-C</i>. ¿En qué momento surge la idea del libro? ¿Quién la propone? </b></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
Sí, podemos asegurar que Lou Reed fue el
detonante de una relación latente. El fallecimiento del poeta
neoyorquino generó en ambos el mismo impulso, idéntica urgencia, y esa
misma noche escribíamos al respecto en nuestros respectivos blogs. A
partir de ahí comenzó esa relación epistolar que comentas y en la que no
sólo hablábamos de música y literatura, sino también de nosotros
mismos, de nuestros desvelos, nuestras pasiones, nuestras decepciones,
nuestros traumas, nuestros itinerarios vitales… Y descubrimos que
tenemos mucho en común. Y que lo que no tenemos en común, incluso nos
fascina más. Y que lo que más nos une es la pasión por la vida a pie de
calle, por la belleza que habita en el barro, por las pequeñas miserias
que pueden llegar a ser gloriosas grandezas si se contemplan bajo el
prisma adecuado. Todo muy Lou Reed, ya ves. Así que la idea de escribir
algo juntos surge de manera natural, casi por ósmosis, podríamos decir, y
al muy poco tiempo de iniciada la amistad. ¿Quién lo propone? Claudio
se empeña en culparme a mí. Pero yo siempre le negaré, soy demasiado
cobarde como para arrogarme tal osadía. Digamos que más que una
propuesta fue una consecuencia. ¿Acaso un orgasmo lo provoca el cuerpo
que devoramos, o es fruto de su unión con el propio? Porque este libro
es eso: un orgasmo verbal fruto del coito feroz entre dos sensibilidades
heridas. El resto sería puro onanismo.</div>
<br />
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>A lo largo de todo el libro, y
no sólo en el apartado “Músicas”, aparecen compositores e intérpretes de
la talla de Neil Young, Bob Dylan, Tom Petty, el citado Lou Reed,
Antonio Vega, etecé, etecé. ¿Hasta qué punto ha influido (creo que aquí
puedes responder también por Claudio) en vuestra literatura la música
pop? </b></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
Ya he explicado que fue la música lo que
realmente nos unió, antes que la literatura. Yo vivía en Cochabamba, y
me sorprendió conocer a un cochabambino que admirase a Lou Reed.
Lamentablemente, la música que se escucha en Bolivia es, en el mejor de
los casos, folclore desdibujado… y charcutería latina de radio fórmula
mayormente. Por eso pensé que Claudio conocía a Lou Reed por vivir en
EE.UU. Pero luego me explica que no es así, que a Reed, a Cohen, a
Dylan, a Neil Young, etc. se los escuchaba en Cochabamba cuando él vivía
allí, en su adolescencia. Eso ya me descubrió la primera conexión entre
el pasado urbano de Claudio y el mío, en ese Madrid del que ya han
quedado extirpadas para siempre las noches de música voraz y voracidad
vital. Tanto Claudio como yo adolecemos de una insana curiosidad por los
más diversos campos de la creación, y en la música coincidimos en gusto
y, sobre todo, en pasión. En su literatura las referencias musicales
son más transversales, pero son de manera ineludible. En mi caso la
música marca cada uno de mis días y lo que de ellos hago o deshago, y
siempre ha sido protagónica actriz de mis letras. Tal vez de ahí surja
mi obsesión porque lo que escribo tenga cierta sonoridad o melodía. En
el magnífico documental que ha dirigido José Ramón Da Cruz, inspirándose
en <i>Madrid-Cochabamba</i>, queda más patente de lo que ahora pueda explicar la importancia de la música en nuestra literatura.</div>
<br />
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Viajaste a Cochabamba con tu
mujer y con tu hijo para colaborar con una ONG cuyos verdaderos
intereses pronto empiezas a poner en duda. Cuando confirmas tus malos
augurios quieres salir de allá, pero el sistema te lo impide. En su blog
y en sus colaboraciones en prensa Claudio no ceja en el empeño de
desenmascarar a Evo Morales. ¿Qué le dirías a toda esa izquierda un
tanto ingenua que desde la relativamente confortable Europa tiene a Evo y
a sus próximos en un pedestal? </b></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
No estaría de más que los componentes de
esa izquierda ingenua que mentas se dieran un paseo por Bolivia para
conocer su realidad… sí, un paseo por el lado salvaje de la vida nunca
está de más. Eso nos haría a todos menos infelices. Porque toda esa
izquierda es la de las soflamas de fin de semana, la de las
manifestaciones de cañas y tapas que ve la realidad por televisión,
cómodamente instalada en el sofá del salón calefactado. A mí me duele
Bolivia, no lo niego, pero no me dolerá jamás como pueda hacerlo a
Claudio o cualquier otro boliviano. Yo sufrí un verdadero martirio allá,
pero al fin y al cabo soy europeo y puedo salir, aunque sea expulsado.
Puedo instalarme en otro lugar, tengo ese privilegio sin siquiera
haberlo reclamado ni luchado por él. Pero ellos, los bolivianos, la
mayoría no pueden salir, y los que lo hacen no son bien recibidos en
casi ningún sitio. Así que es normal que a Claudio le duela más y se
emplee a fondo en desenmascarar a este nuevo dictador que se disfraza de
adalid de las libertades indígenas y el socialismo para mejor vivir la
vida loca de prebendas y riquezas que antes de ser presidente le estaban
negadas. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que el principal
activo de un sistema socialista ha de ser la educación. Pero, en
Bolivia, la educación es ninguneada por el gobierno de <i>Movimiento al Socialismo</i>,
de Evo Morales. Quizás, en inicio, sí, fue un movimiento al socialismo…
pero se desviaron por el camino. Los textos de Claudio en el libro dan
una visión de la realidad boliviana más veraz que la que nos llega por
otros medios. Así que recomiendo su lectura a los integrantes de esa
izquierda que comentamos. De esta manera se ahorran el viaje… y el
trauma subsiguiente.</div>
<br />
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>En tu parte del libro se
vislumbra una profunda desazón por la deriva sociocultural de la que ha
sido víctima Madrid en las dos últimas décadas. Desde que redactaste
estos textos ha cambiado radicalmente de signo político el ayuntamiento,
algo que seguramente no podías ni imaginar cuando estabas en ello.
¿Crees que hay visos de mejora al respecto? ¿Semejante estropicio es
irreparable?</b></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
Ha cambiado radicalmente de signo vital.
Al fin hay vida inteligente en el ayuntamiento de Madrid, y eso ya es
mucho. Pero hace tiempo que la política dejó de ser maestría de
inteligencias. A la política ya sólo se llega por mediocre, y sólo los
más mediocres y serviles hacen carrera en política. Porque no son ellos
quienes nos gobiernan, recuerda. Los mercados son los titiriteros de la
sociedad moderna, y precisan títeres sumisos para mejor organizar la
función. Lo de Madrid es especialmente doloroso, obsceno. Esta ciudad ha
pasado de ser referente cultural y de apertura a lo ajeno, a mera punta
de lanza de la España más rancia y casposa, hasta el punto de afectar a
sus propios ciudadanos y convertirlos en autómatas programados para la
individualidad y la indolencia. Antes, Madrid era una ciudad alegre. Hoy
es una ciudad hostil. Lo único que alegra a sus ciudadanos es consumir
en las miríadas de negocios sin alma que han transformado la misma
arquitectura urbana hasta convertirla en una burla de lo que fue. Pero
no seamos tan negativos. Aún quedan núcleos de resistencia ciudadana. En
ellos se ha gestado este cambio de gobierno. Quién sabe si no se estará
gestando en ellos, también, el cambio social que nos devuelva la
alegría. Mientras tanto, por si acaso, espero haber podido rescatar, en
el libro, ese Madrid de filo y nervio que tuvimos la suerte de vivir,
algunos.</div>
<br />
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Al fin alguien reivindica sin
cortapisas la literatura de Umbral. ¿Este país sabrá separar alguna vez
el arte de la ideología, de la actitud…, incluso del aspecto físico del
artista en cuestión?</b></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
La pregunta, creo, es si este país sabrá
alguna vez admirar sin paliativos a alguien que triunfe por sus
cualidades creativas, artísticas, científicas, intelectuales, y no sólo
por el número de goles, <i>poles</i> y demás vacuidades. Caín nació en
España, y la quijada de burro es el arma de destrucción masiva por
excelencia de nuestro bendito país. Reivindico no sólo la literatura de
Umbral, sino incluso su actitud de <i>rock and roll star</i>. Y es que
un literato también tiene derecho a crearse su personaje. Porque si es
excepcional debe serlo absolutamente, como proclamaba Rimbaud. Y Umbral
era absolutamente excepcional. Lamentablemente, sigue siendo más
recordado por su forma de estar en sociedad que por su literatura, que
era su manera de estar en el mundo. A Umbral hay que leerlo para conocer
a la persona detrás del personaje y, sobre todo, para descubrir que si
la lengua española nació, fue para que genios como él pudiesen
retorcerle el pescuezo hasta extirparle la última gota de sangre y
esculpir con ella inmensos charcos de Belleza. El problema es que
hablamos de literatura, y en España, más que leer, se consume, ya lo
dije cuando hablaba de Madrid. Luego resulta que un tipo como
Houellebecq, por ejemplo, es Dios, por muy papanatas que parezca, es un
referente literario, ¡un genio! Será que viene de fuera. A Umbral se le
respetará, en España, el día que alguien de afuera venga a decirnos que
era un genio, como hubieron de hacer los franceses con Cervantes. Este
año se cumplen 40 de la publicación de <i>Mortal y Rosa</i>, obra
cumbre de la literatura, no ya nacional, sino mundial, y la noticia
apenas ha ocupado las columnas de tres o cuatro literatos y periodistas
sin miedo al desprestigio por proclamar la grandeza de un autor
irrepetible… ¡con lo mucho que nos gustan las efemérides!</div>
<br />
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Por último, una curiosidad: ¿A qué tanta aversión por Pío Baroja?</b></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
Supongo que esta pregunta viene al hilo
de la referencia que hago en un capítulo del libro en que decido
transformar a Baroja en metáfora de lo cotidiano, para remarcar lo mucho
que yo huía de ello en los tiempos que narro en dicho capítulo. Pero no
me provoca ninguna aversión Baroja. Al contrario, la aversión me la
provoca mi voluntario desconocimiento de su obra. Al fin y al cabo, yo
también fui educado en este país, y cuando, en la escuela, me obligaron a
leer a Baroja, yo andaba enredado con los surrealistas, Céline, Henry
Miller, y sus largos párrafos de verbo sincopado y profuso. La economía
expresiva de Baroja me supo a poco, supongo, en aquel tiempo, y luego la
vida me llevó por otros derroteros, de manera que nunca presté a su
obra la atención que merece. Asignatura pendiente.</div>
<br />
<br />
<span style="color: #993300;">SOBRE LOS AUTORES</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Pablo Cerezal</b>: Madrid, 1972. <i>Los cuadernos del Hafa </i>(Carena, 2012) está ya considerada una novela de culto. Mantiene activos los blogs <i>Postales desde el Hafa </i>y <i>Vislumbres de El Dorado</i>. Ha colaborado en las antologías <i>Erosionados </i>(Origami, 2013) y <i>El descrédito. Viajes literarios en torno a Louis-Ferdinand Céline</i> (Ediciones Lupercalia, 2013). También escribe guiones (Mínimo Producciones) y colabora en medios escritos como <i>Frontera D</i>, <i>Red Marruecos </i>y <i>Esto no es una revista</i> (España, Marruecos y Argentina, respectivamente).</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Claudio Ferrufino-Cocqueugniot</b>: Cochabamba, 1960. Con <i>El exilio voluntario </i>(Alberdania,
2011) el osado escritor boliviano residente en Estados Unidos se hizo
con el Premio Casa de las Américas en 2009 y con <i>Diario secreto </i>(Alfaguara,
2011) con el Premio Alfaguara Bolivia de Novela 2011. También es autor,
entre otros tantos, del libro de prosa poética <i>Virginianos </i>y de la novela <i>El señor don Rómulo</i>,
con la que obtuvo una mención especial en el Premio Casa de las
Américas. Colabora periódicamente en prensa y mantiene activos los blogs
<i>Le Coq En Fer </i>y <i>Sugiero Leer</i>.</div>
<br />
<a href="http://www.entretantomagazine.com/wp-content/uploads/2015/12/collage.jpg"><img alt="collage" class="alignnone wp-image-57904" src="http://www.entretantomagazine.com/wp-content/uploads/2015/12/collage-1024x502.jpg" height="316" width="645" /></a><br />
<div style="text-align: center;">
Pablo Cerezal Claudio Ferrufino-Cocqueugniot</div>
<br />
La edición española de <i>Madrid-Cochabamba (Cartografía del desastre)</i>, de <b>Pablo Cerezal y Claudio Ferrufino-Cocqueugniot</b>, ha sido editada por Ediciones Lupercalia (www.edicioneslupercalia.com)Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-14484289359783785332015-11-24T04:36:00.000-08:002015-11-24T06:17:16.231-08:00CELEBRACIÓN DEVOTA DE "MADRID-COCHABAMBA (CARTOGRAFÍA DEL DESASTRE)"<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
</w:Compatibility>
<w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="156">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin:0cm;
mso-para-margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:10.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ansi-language:#0400;
mso-fareast-language:#0400;
mso-bidi-language:#0400;}
</style>
<![endif]--><span style="mso-bidi-font-style: normal;">Por</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Emilio Losada<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 3;"> </span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 10.0pt;">La luz brota
del subsuelo cuando menos se la espera.</span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
Juan Goytisolo</div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 4;"> </span></i>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhicLxnjfLgHCPh69ewdGEkFzTLSZlK7p6-dcka9l-xVwzBrEImg8D2MhQMIpennomlgWxqTzGOmzu4F9JRhLDnr8cx-KQgWhokFA2R_v6aUn2ryi8RytKPZn_n_RIkdQuplyfSNSe8rxM/s1600/Portada+Madrid-Cochabamba.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhicLxnjfLgHCPh69ewdGEkFzTLSZlK7p6-dcka9l-xVwzBrEImg8D2MhQMIpennomlgWxqTzGOmzu4F9JRhLDnr8cx-KQgWhokFA2R_v6aUn2ryi8RytKPZn_n_RIkdQuplyfSNSe8rxM/s320/Portada+Madrid-Cochabamba.jpg" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
De los alcoholes y de las
viandas, del garito, del restorán y del cinematógrafo iniciático, de Miller a
Umbral, de Dylan a Antonio Vega, de la Biblioteca de Alejandría a los libros de
viejo del Paseo de Recoletos, estación de término soñada para su lúcida obra
por el de Madrid, de las mujeres con las que se comparten cimas y asperezas y
de las que amenizan soledades siempre que, como otrora aconteciese al glorioso
antisanto boliviano, no se interponga en el trance un irresistible elepé de
Neil Young & Crazy Horse, de las infancias que pasan casi sin olerlas y
apenas dejan como testimonio los reumáticos huesos de una bicicleta, de la
penca muerte, de los pencos muertos al relente o en los nichos, pero sobre todo
de la penca vida, toneladas de vida hay en esta joya de libro, primero se vive
y luego se escribe, es ley de leyes, nunca es al revés, ya nos lo dejó claro
antes de los diecinueve el renacuajo de Charleville, cuánta vida y cuánta alta
Literatura hay aquí, con Ele mayúscula, sí, Ele también de Libertad, Ele
Libertaria, pura y bruta prosa esta, hermosa y desquiciada, de la que sólo se
deja ver muy de vez en cuando a estas alturas del tinglado, Pablo y Claudio,
Claudio y Pablo, Madrid-Cochabamba, Cochabamba-Madrid, obra de arte de primer
nivel, vaya par de dos, Pablo, el poeta disfrazado de prosista, ya dio el aviso
cuando tras enamorarse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en</i> Marruecos parió aquella maravilla de
novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los cuadernos del Hafa</i>, ahora
en su parte de este libro, precisamente desde Cochabamba, es una larga
historia, evoca melancólico sus correrías por aquel irrecuperable Madrid previo
a la nefasta irrupción de Álvarez del Manzano y sus putrefactos acólitos,
malditos sean por siempre, aunque no se hunde del todo, culebrea por los
recovecos y da con el respiradero, en su búsqueda de una señal para la
esperanza felizmente la halla en la sonrisa extranjera, se sale en «Razas del
extrarradio», menuda oda mil leches, chico, chúpense ésa, víboras perladas de
Madrid Norte, y qué decir de Claudio, el mago de la prosa histérica, prosa
volcánica, que dice Pablo, es lo mismo, de muy joven incurre Norteamérica,
pelea y compadrea a ritmo de rocanrol, marea la perdiz con urgencia <i style="mso-bidi-font-style: normal;">beatnik</i>, seduce y cata vicios, devora
libros y escribe, afila sus bigotes de irreductible galo y lanza al mundo,
entre otros tantos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El exilio voluntario</i>,
vaya artefacto, como cada uno de los que aquí nos suelta en formato corto,
donde igual abofetea inmisericorde a los políticos que comen flores mientras
reparten miserias como rememora perversos alivios a consta de la Deneuve
previos a los días de chicha y rosas, Pablo y Claudio, Claudio y Pablo, Lou Reed
los cría y ellos se juntan, otra larga historia, pero qué forma de escribir,
qué barbaridad, lo hacen con un cuchillo entre los dientes, dejan tan alto el
listón que ya es que ni con pértiga, y nada hay que recriminarles, son malos de
los buenos, en pleno desastre se toparon con la penúltima botella, es un símil
a medias, y para evitarnos posibles disgustos no dejaron que la viésemos ni
medio vacía ni medio llena, la hicieron trizas, aunque, eso sí, antes se la
bebieron toda.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-size: 10.0pt;">La
edición española de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Madrid-Cochabamba
(Cartografía del desastre)</i>, de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Pablo
Cerezal y Claudio Ferrufino-Cocqueugniot</b>, ha sido editada por Ediciones
Lupercalia (www.edicioneslupercalia.com)<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-45336941874656540442015-11-09T21:47:00.001-08:002018-03-22T02:49:00.356-07:00EPICÚREO EN AZOTEA<div dir="ltr">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0kKmIJfopC5gdd_I5hp6SS02Wf9vXGHU5vbcLQEdd1Zrt10pUakL9w35XzkWvo3rqqfftqjSbWps3kQ9XovoWhT4rBi3FD1y5ipoCOjrUih1JcidYPxmq6pWJAxbeTKur0QhwVAsiQFI/s1600/Imagen-38-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1229" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0kKmIJfopC5gdd_I5hp6SS02Wf9vXGHU5vbcLQEdd1Zrt10pUakL9w35XzkWvo3rqqfftqjSbWps3kQ9XovoWhT4rBi3FD1y5ipoCOjrUih1JcidYPxmq6pWJAxbeTKur0QhwVAsiQFI/s320/Imagen-38-2.jpg" width="245" /></a></div>
<br /></div>
<div dir="ltr">
Expongo al sol la sábana donde el amor enfermó de amor<br />
y se degradó entre mentiras al peso, despropósitos sin lengua<br />
y con ojos de espanto. El viento la enarbola solemne e hipnótica,<br />
bandera blanca de mi paz mental que aún presenta restos<br />
de su última menstruación –colofón providencial de suspiros a dúo,<br />
espaldas enfrentadas, dedos palpando interruptores<br />
a la caza de la única luz posible–. Pero la remordida enseña<br />
no tiene suficiente y parece ansiar más sangre, así que saca pecho<br />
y de pronto se transforma, toda rencor y aullido,<br />
en una aguerrida vela de barco vikingo. Como la lucha<br />
no va conmigo, doy sutilmente la espalda a su desmán y paso a otear<br />
este casco histórico que ignora los desapegos de los interiores<br />
aturdido por un levante en ciernes –¡oh Cádiz tácita!– que ensortija<br />
los cabellos y desquicia el temple de viandantes propios y extraños.<br />
Es cuando decido quitarle las pinzas a tanto mal trago<br />
para dejarle hacer al viento,<br />
le agradezco una vez más el desinteresado espaldarazo<br />
al divino cantamañanas de Minnesota<br />
y afronto feliz<br />
el descenso<br />
hacia el viejo y confortable estatus.<br />
<br />
De <i>Ventajas de estar en la ruina</i>, 2015<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-44140610361424255222015-11-05T01:49:00.001-08:002015-11-30T08:55:00.119-08:00ÁTICO ES VIDA, poema de José Rasero BalónHoy es un gran día. Hoy Jose Rasero Balón presenta en Cádiz su novela<i> Áticos y viento. Un caso de Benito Bram</i>. Con motivo de tan felicísimo acontecimiento incluyo aquí el poemón dedicado al poeta Fernando Cañas que escribió el año pasado para <i>La Antibiótica</i>. ¡Suerte, compinche!<br />
<br />
Poema de Jose Rasero Balón, 1-10-14<br />
<br />
<br />
ÁTICO ES VIDA<br />
<br />
<i>Tú me entiendes,</i><br />
<i>Fernando,</i><br />
<i>tú me entiendes.</i><br />
<br />
<br />
Cesó lo prematuro.<br />
Y surgió la disección:<br />
lo sucinto enmudece mientras extermina.<br />
Y todo, en el silente sofismo, es aparente.<br />
<br />
El culpable transpira Ausonios. <br />
La burla, en la capilla,<br />
refleja inopia.<br />
Soy un laberinto frente al abitón.<br />
Mi abitón.<br />
Sin vértigos, la nodación<br />
puede semejar un sonrojo con matices.<br />
<br />
Broté al municipio pues,<br />
con mis ropajes de espectro.<br />
La acogida fue jovial, salpicada de esplín<br />
y plisada en humedades<br />
y sexo quisquilloso.<br />
Con llagas de colorete y fuelles de artilugio,<br />
los ciudadanos,<br />
innatos,<br />
aplastaron mi cuesta,<br />
y con indigenismo de plagio<br />
transitaron sobre mi restregón.<br />
Alcé como pude el honor de mi palabra,<br />
que nació quebrada,<br />
en fragmentos y bolitas<br />
de voz.<br />
De vuelta a la mansión la fui recomponiendo,<br />
mas transmutó en frasqueta.<br />
Tenía exclusiones,<br />
crucetas de papel,<br />
entonces,<br />
pergaminos,<br />
hados,<br />
acasos<br />
e inclusos.<br />
<br />
Tilingos en su sitio.Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-63194545147141946602015-11-03T17:45:00.002-08:002015-11-09T22:06:48.998-08:00SPANISH IDIOSYNCRACY, caranalgada veraniega de Emilio Losada (Vídeo.)<span id="goog_123270869"></span><span id="goog_123270870"></span><a href="https://www.youtube.com/watch?v=jrNqfBS8nds">https://www.youtube.com/watch?v=jrNqfBS8nds</a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBkzUlIGY5TlBG_BsWcZ_vhjaVx_EpEl1xRt3euSxKPe1Dhggr3qxwf4YFec11dAqlBNhUG4r0YEnZVzP3MR2jthw7AN7R4R_iaK7SUDStN5brNzc2FSgyRlgGdHhWK1q_VAKYKEbwt-M/s1600/Spanish.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBkzUlIGY5TlBG_BsWcZ_vhjaVx_EpEl1xRt3euSxKPe1Dhggr3qxwf4YFec11dAqlBNhUG4r0YEnZVzP3MR2jthw7AN7R4R_iaK7SUDStN5brNzc2FSgyRlgGdHhWK1q_VAKYKEbwt-M/s320/Spanish.jpeg" width="320" /></a></div>
<br />
¿Un antinacionalista recalcitrante como yo haciendo esta mamelucada? Con uno mismo también se pueden hacer apuestas. ¿O no? Vídeo grabado de empalme en alguna mañana del verano de 2015. Acababa de morir el enorme Sazatornil y esa circunstancia yo no podía dejarla pasar por alto. La canción fue compuesta en los últimos 90. Las razones por las que dejé de cantar en inglés son evidentes. Lo mejor está al final.<br />
<br />
Letra:<br />
<br />
<i>I'm very glad to keep living in Spain.</i><br />
<i>Landa, "Saza", Esteso, I love you, guys.</i><br />
<br />
(<span id="goog_203807840"></span><a href="https://www.blogger.com/"></a><span id="goog_203807841"></span>Repit teseim)<br />
<br />Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3073608795365817114.post-3011633543118506012015-10-30T20:34:00.000-07:002020-03-19T05:59:44.891-07:00EL LADRÓN DE ESTRELLAS<span style="background-color: black;"><span style="background-color: black;"></span></span><br />
<div style="text-align: justify;">
(Texto introductorio del número 0 de <i>La Antibiótica</i>, 2014, revista literaria fallecida tras el parto.) </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por <b>Emilio Losada</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Yo soy el ladrón de estrellas</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>todas las noches cojo un par de ellas</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>y no lloran les doy coca cola</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>las mimo de buena forma</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>les pongo camisón,</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>también les digo la verdad</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>la cúpula celeste no brillará</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>les enseño a no pensar y a besar</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>nadie me atrapará</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>las tengo en mi techo</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>de rojo pasional</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>y les doy de fumar</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>hachís del nueve</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>pues moradas están divinas</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>soy el ladrón de estrellas</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>nadie me atrapará</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>la cúpula celeste no brillará</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>y no lloran les doy coca cola</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>las mimo de buena forma</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>les pongo camisón</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>y les digo la verdad</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>la cúpula celeste no brillará.</i><br />
<br />
Fernando Cañas<i> </i>(De <i>Diamante roto</i>. EH Editores, 2007)</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2QX0INuLdXITXTn9ZMhVQV7LBp6uTFWBYN-TDJwCmdhGVaogc94yF5GXUUfeJi0zcc59HbZuZH26d40OdWXZ-2nSm9mXszJK4gUkhg9CX0uD8ZaY__8rg0xM8sGjC8G0c9IzjBBLTFak/s1600/IMG-20150118-WA0007+%25282%2529.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2QX0INuLdXITXTn9ZMhVQV7LBp6uTFWBYN-TDJwCmdhGVaogc94yF5GXUUfeJi0zcc59HbZuZH26d40OdWXZ-2nSm9mXszJK4gUkhg9CX0uD8ZaY__8rg0xM8sGjC8G0c9IzjBBLTFak/s320/IMG-20150118-WA0007+%25282%2529.jpg" width="241" /></a></td></tr>
<tr align="center"><td class="tr-caption"><br /></td><td class="tr-caption"><br /></td><td class="tr-caption"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
«No
es fácil hablar de Fernando.» Estas seis palabras las he oído y leído
más de una vez en las últimas semanas. No, no es fácil hablar de
Fernando Cañas, y escribir sobre él ni les cuento. Su final fue un
mazazo para los que tuvimos el privilegio de conocerlo, la herida no
está cerrada. He intentado escribir sobre Fernando varias veces en los
últimos diez años –sobre todo en los últimos seis, desde que llegó a mis
manos su poemario póstumo, <i>Diamante roto</i>–, pero nada, que no encontraba las palabras, no había manera. En contraprestación,
opté por lo fácil: añadir su nombre en las dedicatorias de una novela e
incluir un poema suyo de cuatro versos al inicio de un capítulo de la
misma cuyo fondo hace prescindible la lectura tanto de ese capítulo como
de toda la novela. El multidisciplinar Juan Diego Fernández, compañero de miserias y grandezas y hermanísimo
político del poeta, afirma en el inicio al prólogo a esta maravilla de
libro que la poesía de Fernando es «verdad». Yo añadiría que sus versos
van a la yugular: no sólo ponen el dedo en la llaga, es que el muy
avieso te clava directamente la uña y escarba en ella. La poesía de Fernando se te mete en el cuerpo, te retuerce las entrañas, te noquea.
Muy pocos vates tienen ese don. Fernando pertenece a esa raza de poetas que son capaces de sacarte las
vísceras con cuatro versos. Les juro que no me pierde la
amistad, mi absoluta adhesión a la idiosincrasia del tipo en vida. Si
Fernando leyera esto saldría corriendo sonrojado, o quizá me rogaría que
lo destruyese. Antinarcisista contumaz –y eso que su poesía es totalmente <i>del yo</i>–,
el muy truhán siempre me negó su condición de poeta. O más bien me
dejaba caer que sí, que algo de poesía sí que escribía, pero que el
resultado era del todo prescindible, banal. Conmigo podía salirse por
esa tangente porque lo frecuenté cuando él era ya treintañero –un servidor recién inauguraba la veintena–, pero a sus coetáneos, a sus camaradas de trasiego, no podía mentirles: claro que escribía, pero menospreciaba sus versos, aseguraba que eran una porquería, ya ven ustedes. Una <i>porquería</i>
que he tenido ocasión de comprobar que es capaz de embelesar de
inmediato tanto a directores de editorial, críticos literarios, letraheridos
atormentados y lectores acérrimos de poesía como a neófitos absolutos
en la materia. ¿Minusvaloraba su obra acaso por pura y llana timidez? ¿O
es que simplemente temía exponerse demasiado? Lean:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Las hienas que hacen</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>poesía en los sepulcros</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>somos nosotros,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>con nuestra mediocre maldad.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mira estas palabras tibias</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>que caen sobre el suelo como babas.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFmCe8J6n4BXuhOXIW-qRBWvz-ySmPr8Cy2XCnG7ZGer8j5Zld9o6Q_7vksq2CJe-7WKxw22-3DedTQdq7RIpyxWGf5hzlqzk-Gjtm115aqFiXr7dFxm9BAlHjH3_Efisbd9iYZmQYhJs/s1600/%2521cid_000301c80bf9%25246b0c2760%25240c01a8c0%2540Mariajose.jpg" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFmCe8J6n4BXuhOXIW-qRBWvz-ySmPr8Cy2XCnG7ZGer8j5Zld9o6Q_7vksq2CJe-7WKxw22-3DedTQdq7RIpyxWGf5hzlqzk-Gjtm115aqFiXr7dFxm9BAlHjH3_Efisbd9iYZmQYhJs/s1600/%2521cid_000301c80bf9%25246b0c2760%25240c01a8c0%2540Mariajose.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
Es
difícil escribir sobre Fernando, sí, pero yo soy un embaucador y de vez
en cuando he de hacer alarde de ello. Soy tan embaucador que a veces
logro embaucarme a mí mismo. Puede que este invento de <i>La Antibiótica</i>
no sea más que una simple excusa, una treta de mi subconsciente para
forzarme a escribir al fin unas líneas en recuerdo de Fernando. Todo ha
venido dado, si el primer número lo protagoniza Fernando no me queda más
remedio que remangarme para dedicarle al fin unas líneas. Me pongo a ello agotando el plazo que prácticamente yo mismo me he dado, y empiezo bien de mañana, una mañana de noviembre en Sevilla de ésas tan del agrado de literatos y de pirados, gris y gélida, para desarrollar las notas que
he ido tomando durante las últimas semanas. Cierto es que esto de la
revista es un viejo sueño, anterior incluso al óbito del poeta, pero el
embaucador se sube a este tranvía que está a punto de realizar su
primera salida para quitarse dos dardos que hace tiempo que le están
dando la lata a base de bien. El primero de ellos se me clavó en el
estómago cuando una tarde de 2004 me enteré, por medio de Mary Joe y Paca, las hermanas Ruiz, de la muerte de Fernando. El segundo me dio de lleno en el alma cuando adquirí mi ejemplar de <i>Diamante roto</i> en la presentación del libro en Sevilla,
en abril de 2008. Ya no era sólo la muerte del amigo y del compañero…
¡es que este bribón de Fernando era un enorme poeta! Sólo bastaron unos
minutos de ojeo para darme cuenta (cuidado, que yo antes que escribemonas soy esteta,
y a mucha honra). No voy a entrar en detalles escabrosos sobre su
final, pese a que sin duda contribuirían a atrapar nuevos adeptos para
el cañasianismo. Mucho morboso es lo que hay, ya saben. Yo me quedo con el Fernando ingenioso, lacerante, algo cenizo y puñetero hasta el paroxismo. El Fernando <i>civil</i> era un personajazo
de padre y muy señor mío, y esta circunstancia puede ayudar a
comprender mejor la tesitura del Fernando poeta. Sucumbamos ante la
evidencia: obra y artista siempre han ido de la mano, más si cabe en el
caso específico de los bohemios y de los bardos. ¿Qué les voy a contar?
¿Les suena Espronceda, Poe, Rimbaud, el divino Sawa, Jacobo Fijman (¡descúbranlo de una vez!), los Panero…? Pues eso.<br />
<br />
Tengo
muy mala memoria, pero siempre recuerdo el primer día en el que conocí a
las personas que han sido importantes en mi vida. Recuerdo el sitio, el
aspecto que tenían, por qué estaba yo allí, detalles así. No ocurre con
Fernando. No recuerdo cuándo ni dónde lo conocí. Fernando tenía una
facilidad pasmosa para pasar desapercibido, se sentía cómodo en su
segundo plano, al abrigo de las sombras. Todo apunta a que el primer
encuentro se produjo en el verano de 1994 en Sevilla –por medio de Mary Joe y de Paca, eso seguro–, más que posiblemente
en el X, garito sito justo enfrente de la antigua estación de Córdoba,
el mismo que al año siguiente, tras un forzado y oscuro traspaso, se
reconvirtió en el polémico Arny. Íbamos todas las noches allí, y en una de ellas conocí a Juan Diego, por entonces marido de Mary Joe. Simpatizamos enseguida gracias a nuestra profunda y sincera devoción por la filmografía de Mariano Ozores en general y por <i>¡Que vienen los socialistas! </i>en particular («Que vienen los socialistas, tururú, tururú./Que vienen los socialistas… <i>wow</i>!»), para ambos una joya infravalorada de la por otra parte injustamente infravalorada cinematografía del maestro Ozores. Para mí que Fernando andaba por allá esa noche, pues pasaba bastante tiempo en Sevilla en aquel tiempo, ya que en la ciudad vivía tanto su hermano Manolo como su ecléctico compañero de correrías ochenteras Juan Diego, junto al que, en su faceta de saxofonista y compositor, llegó a probar fortuna en el Madrid de la movida con los grupos Affaire Niñamónica y Hambre y Moral. No recuerdo pues el momento y el lugar exacto en el que conocí a Fernando, pero sí mis primeras conversaciones
con él, cuando al fin se arrancó. Me habló de su ático en el gaditano
barrio del Mentidero –más adelante supe que se trataba de un mínimo
cobertizo de azotea–, de las bondades del pescado azul a la plancha y,
sobre todo, cómo no, del amor. Y es que esto del amor a Fernando le
podía. Dar con la mujer ideal, la definitiva, era su obsesión. La mujer,
una sola, en singular, la que lo había de rescatar del hundimiento, de
una inmersión abisal nada vocacional:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>Despedí a la lógica</i></div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<i>como a una incompetente empleada</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>y abracé tus piernas</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>como el náufrago al madero.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
También hablamos de literatura, yo le daba la murga con Baudelaire, Rimbaud, Kerouac, Céline (no me juzguen apresuradamente, apenas era un veinteañero incipiente y esas literaturas adolescentes estaban aún frescas; si aún tengo en una alta estima a todos esos autores ahora, imagínense
en aquel entonces). Más tarde que pronto, como suele suceder en el sur,
se advino el otoño, pasaron los meses y nuestras vidas se volvieron a
tropezar en verano por obra y gracia de un programa de variedades de
Canal Sur, <i>Ventanas de sol</i>. Las hermanas Ruiz, que formaban parte del numeroso equipo de producción del programa, fundaron aprovechando esta circunstancia una suerte de ONG encubierta para roqueros
ociosos. El trabajo consistía en actuar de figurantes en las
actuaciones musicales del programa, que se emitía de lunes a jueves por
la tarde, cada semana en un pueblo o ciudad distintos de la geografía
andaluza. Dos veranos estuvimos fingiendo tocar la guitarra, el bajo, la
batería y el teclado con Pablo Abraira, Paco Clavel, Rayito, Niña Pastori,
Lucía, algún superviviente de los Manolos o con cualquier folclórica en
horas bajas a la que Canal Sur, en su calidad de televisión <i>oriundista</i>,
daba cancha. Nuestro cometido era tumbarnos en el césped del hotel o
parador nacional de la localidad donde montaban el chiringuito para dar
buena cuenta del catering
mientras esperábamos nuestro turno en el escenario. Después buscábamos
una pensión barata y nos pulíamos lo que nos sobraba de las diez mil
pesetas diarias que cobrábamos en los bares de la zona, y al cierre de
éstos acabábamos en los pubs
del paseo marítimo si la localidad era costera, como solía ser el caso,
o en las discotecas de las afueras en las interiores, a duras penas
intentando hacer oídos sordos a lo último de Azúcar Moreno, Ricky Martin o los cachetes, pechitos y ombligos del vergonzante vástago de Betty Missiego.
Le dábamos a la sinhueso continuamente, fueron dos veranos sin
burladeros ni salidas de emergencia, muchas horas juntos en bares,
restaurantes, pensiones y casas de huéspedes. Y Fernando, que con su
aspecto desgarbado,
sus entradas y su rictus serio y abnegado daba más el pego como
camarero de cafetería aparentosa que como músico, venga a hablar del amor, y algo,
poco, de poesía, y yo venga a intentar sonsacarle y a darle la tabarra
sobre que si yo también hacía mis pinitos en esto de encabalgar versos,
que si en prosa quería dejar a un lado los relatos cortos para
aventurarme con una novela, y él sin soltar prenda sobre su oculta
condición de poeta, que no había manera, que cuando salía el tema
zarandeaba la mano como hacía cuando rechazaba
ciertas químicas, o clavaba la mirada en el suelo hurgándose la nariz, como diciendo «ya te callarás, pisha, ya te callarás». El poeta oculto, el poeta que fingía no serlo,
negaba la mayor. ¿Por qué lo hacía? ¿Acaso le aterraba lo que salía a
veces de su mordisqueado bolígrafo? Ciertamente, todos esos versos
premonitorios te hielan la sangre. Transcribo completa esta joya de la
lírica ibérica moderna, qué caray:</div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Los fantasmas de la tempestad</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>están danzando a mi alrededor</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>y por la supuesta sombra</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>que atraviesa el cristal</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>se ha detenido la luz del farol</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>pensaría que son amigos</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>del ruidoso desorden</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>de mis monstruos personales</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>de vez en cuando</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>uno se cae por las escaleras</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>y no le pasa nada</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>entonces se piensa</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>que la vida merece otra oportunidad.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya puestos, vean cómo acaba ésta:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Silencio en un mar de plomo.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Caigo al vacío.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Y ni siquiera un fin incierto.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>No tengo más que de lo preciso.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mi vida te echa de menos.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Videncia rimbaudiana,
quizá? Lo tengo tan pensado... Pero yo no me reconcomo la moral a estos
respectos. ¿De qué sirve? Lo que tiene que llegar llega y punto. Nos
podía haber pasado a cualquiera. Eso sí, también creo que a veces la
poesía la carga el diablo. Me refiero a la poesía mayúscula. Lean:</div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Cayó rodando a las calles,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>al infierno más frío,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>se destrozó el cuerpo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>contra la nada gris y negra</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>de las noches urbanas.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Intrigas
y cábalas aparte, algunos emborronamos doscientas páginas y no
conseguimos transmitir ni la mitad. No sé cómo nos empecinamos en seguir
intentándolo, la verdad. ¡Ah, y no hablemos de la forma de estos
poemas! A la poesía de Fernando nada le falta, nada le sobra; con las
herramientas justas –no le confiere importancia a la puntuación y a
menudo se pasa por la entrepierna las normas de la sintaxis; escribe,
dibuja y pinta en servilletas o en cualquier superficie que se le
tercie–, te mete en su tesitura, en su soturno y límpido desánimo:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>El silencio es una fiera</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>hambrienta de amor</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>el día sin buenos días</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>no tiene sol ni luna</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>de qué están hechos</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>los días sin ti</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>son orillas sin pisadas</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>camas sin deshacer.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Fernando
sufría por amor, sí, pero no todo el tiempo. No había más que compartir
una botella con él para descubrir al Fernando socarrón, al Fernando de
la risa torcida, al gaditano recalcitrante, el Fernando de las descacharrantes críticas gastronómicas ante la mediocridad de una tapa, al de la risilla condescendiente cuando yo le aseguraba que prácticamente no hay nada destacable en poesía en este país desde Miguel Hernández… Pero a la primera de cambio emergía ese Fernando autocomplaciente que gusta de recrearse en su aflicción. Leemos en <span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 16px;">«</span>Por un desliz lingüístico<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 16px;">»</span>:<br />
<span style="text-align: start;"></span><span style="text-align: start;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mis masturbaciones han sido</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>semillas de suicidio</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>es todo tan absurdo,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>si al menos pudiera</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>palpar tu vómito</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>ya que mis toqueteos</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>te resultaron tan insulsos,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>no cabe posibilidad</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>para el caído</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>que estuvo escurriéndose</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>durante unos segundos</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>en tus filosóficas nalgas.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Fuiste engendrada por sábanas negras.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Perdí.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y remata otro poema de esta forma:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Por eso yo sé</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>dulce animal</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>vagabundo de mis rincones</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>la importancia de un cigarrillo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>a medias.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El
amor, el dichoso amor que no llegaba. Sufría Fernando por ello, ansiaba
con vehemencia el advenimiento de ese amor ideal que habría de
liberarlo del insidioso <i>spleen</i>; pero mientras tanto hacía de las suyas, que no se nos iba a hundir. El anecdotario cañasiano es abundante, tanto por acción como por omisión. Era orgulloso Fernando, y se enervaba a menudo. Recuerdo cuando uno de los jefazos del programa, harto de verlo <i>figurar</i>, le dijo gritando a Mary Joe que estaba hasta los cojones
de aquel tipo, todo el santo día en la misma esquina del escenario con
el bajo, con esa pinta y tal. Le dieron un descanso de unos días
al figurante larguirucho con el consiguiente agravio económico que eso
le suponía, y Fernando, claro, se cabreó. Como también se cabreó cuando
al ir un día a recoger su acreditación para poder permanecer en el recinto de la Expo 92 –Mary Joe
había logrado colocarle como mozo de carga pese a su quebradiza
complexión–, se percató horrorizado de que en la misma rezaba «Fernando
Cacas». La rabieta le duró a nuestro poeta todo el tiempo que de su
cuello hubo de pender sí o sí la acreditación que tenían que llevar obligatoriamente los trabajadores de la Expo durante toda la jornada. En otra ocasión, en Sevilla, se disponía a tapear con unos amigos en un bar. Les dieron comida en mal estado. Sus acompañantes
le aseguraron que en la ciudad era normal que la comida estuviera
podrida, que la gente estaba acostumbrada y consumía de buen grado lo que le pusieran por delante.
Fernando, que se lo creyó a pie juntillas, no daba crédito; no le entraba en la cabeza que esos excéntricos sevillanos consintieran semejante afrenta culinaria. <i>Fernandadas</i> como éstas las hay a porrillo. Una más: concierto de Willy de Wille en el Auditorio de Sevilla en el 94, entra Fernando con Juan Diego en el camerino tras el show; el bueno de Willy, otro loco romántico, comentaba que le había impresionado sobremanera la luna de Sevilla, y Fernando le suelta: «¡Tú lo que tienes que hacer es venir a fumarte un porro a la Caleta, pisha!»<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4E0FwkLuw30HTNEeqmu_vUwmBI2SnLXGgLjHhzmdSouznJ4dVPHKKxURBMh4uZqO6mLgY8oQyz-MQKOkzO7kP3Ub21F2nqdMshz6HdW9jk036HGbgos0OYRiW4GKNj6rM4HAjGN_47xw/s1600/IMG-20141124-WA0003.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4E0FwkLuw30HTNEeqmu_vUwmBI2SnLXGgLjHhzmdSouznJ4dVPHKKxURBMh4uZqO6mLgY8oQyz-MQKOkzO7kP3Ub21F2nqdMshz6HdW9jk036HGbgos0OYRiW4GKNj6rM4HAjGN_47xw/s200/IMG-20141124-WA0003.jpg" width="150" /></a></div>
La última vez que lo vi fue en la fiesta del bautizo de Ximena, la hija de Mary Joe
y de Juan Diego, el 4 de julio del 98. Tocamos en el patio de un
restaurante de Jerez un elenco de urgencia formado por Fernando al saxo, Manuel Pajarracas a la batería y un jovencísimo Juano Azagra y un servidor a las guitarras. Por fin tocaba en directo con Fernando. Resultaba prácticamente imposible dar pie con bola con aquel saxo atronando sin cuartel detrás de mí. La forma de tocar el saxo de Fernando era… como muy <i>particular</i>,
digamos. Consistía en dar la tabarra sin parar desde el principio al
final de la canción en transcurso, que además ni habíamos ensayado. Me
recuerdo muerto de risa intentando defender <span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">«</span>Skinny Minnie<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">»</span>, de Bill Haley, con un Fernando desatado con el saxo, rendido a un furibundo acceso <i>rocker</i>. Tras el recital lo acompañé a coger el taxi que habría de llevarlo a Cádiz.
Fernando se había mostrado muy feliz ese día. Ya en la parada de taxis
le interrogué sobre la causa de su contento y me confesó que se había
enamorado –lo cual no era una novedad–, que era correspondido –lo cual
<i>sí</i> era una novedad– y que encima la chica se iba a vivir con él a su
famoso ático. La Chica de la Tienda de los Veinte Duros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>La luz muerde mi pecho,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>transmite la sabia de las flores,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>la sed de agua pura,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>el amor que llega.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nos dimos un abrazo, se metió sonriente en el taxi y desapareció de mi vida para siempre.
Ay, Fernando, Fernando…<br />
<br />
La lluvia percute en los cristales. Se me vienen a la cabeza aquellos célebres versos de Verlaine
que más de una vez comentamos, lo bueno es bueno antes, durante y después. Es
hora de ponerle el punto y final al trance. Un receso y a corregir los
muchos desaguisados perpetrados, que este texto, aparte de no ser
escabroso, tampoco ha de ser llorón. No, no ha sido fácil escribir sobre
Fernando, he hecho lo que he podido. En realidad, toda esta parrafada
podría resumirse en unas líneas que me envió Mary Joe: «No es fácil hablar de Fernando, no tengo palabras, es un tipo que me superaba. Todo: su azotea, sus servilletas de papel de váter mientras comías una caballa, su boli
raído, su cinismo escatológico, su semen a flor de piel ante cualquier
curva, su romanticismo de “quiero a la mujer del Veinte Duros”, su “en
habiendo papa y huevo”…»<br />
<br />
En este punto sólo me resta dar las gracias a las hermanas Ruiz por provocar el encuentro con el humano y, en nombre propio y de todos los cañasianos de hoy y de mañana, a Juan Diego por darnos a conocer al inmenso poeta.<br />
<br />
Ya ves, querido Fernando, nuestras vidas te echan de menos. ¿O qué te creías, pisha, qué te creías?<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Sevilla, 13 de noviembre de 2014
</div>
Emilio Losadahttp://www.blogger.com/profile/10510748614512269402noreply@blogger.com0España37.3002752813443 -5.88867187534.1392072813443 -11.052245875 40.4613432813443 -0.72509787500000034